Una maldición hecha por su abuelo, le quitó la posibilidad a su madre de dar vida. Un plan macabro en contra de la Luna, surgió con el propósito de romper la maldición. Tras una serie de acontecimientos, Osiris nació para dar su luz al mundo, hasta que su hermano decidió que todos estarían mejor sin él. ¿Qué sucedió con Osiris? ¿Cómo fue su historia? ¿Por qué su madre tenía una maldición? Aquí te contamos todo.
Una unión prohibida, desató la maldición
Cubierta en hermosas estrellas, Nut era la diosa que personificaba el cielo. La gran creadora del universo y los astros. Una figura extraordinaria llena de poder. Su belleza impresionaba a todo el que la conocía, su padre Ra, dios del Sol, la mantenía bajo su cuidado y protección, evitando que alguien la pretendiera. Todo cambió cuando conoció a Geb, dios de la Tierra.
Geb era un dios creador. Su misión era dar vida y ser fertilidad. Era el dios de los campos y la agricultura. Muy poderoso y respetado para la época. Parecía ser el candidato perfecto para pretender a Nut. Ambos se conocieron e inmediatamente se enamoraron. Un adivino acudió a Ra, tras enterarse de la unión de Nut con Geb y predijo que, si ambos se unían, su creación gobernaría a la humanidad.
Ra, jamás podía permitir que alguien le quitara su poder, por lo que maldijo a su propia hija Nut, impidiéndole dar a luz. Para ese entonces, los años tenían 360 días. Su padre se encargó de que la maldición abarcara cada día del calendario, imposibilitándola de dar vida.
La luna juguetona, cometió un grave error
Nut estaba frustrada. No podía transformar en vida el gran amor que sentía por Geb, por lo que acudió a Thoth, el dios de la sabiduría, quien rápidamente comenzó a crear un plan para ayudarla.
Conociendo las debilidades de cada uno de los dioses, Thoth fue a visitar al dios de la Luna y lo retó a una serie de juegos en los que apostaría parte de su luz. Algunos los ganó y otros los perdió, pero al terminar la jornada, Thoth reunió toda la luz que le había quitado y -aunque no era mucha-, debilitaría a la Luna lo suficiente como para alargar las noches un poco más.
¿Cuál era su plan? Aumentar los días del año. Los únicos que estaban bajo la maldición eran los 360 días clásicos que Ra conocía. Con los pocos rayos de luz que logró extraer de la Luna, creó cinco días más que al estar libres del ojo de su padre, le permitirían a Nut, darle vida a los hijos que tanto quería.
Una luna con poca luz, alumbró las noches de Nut
Thoth con su sabiduría, había sido capaz de robarle a la Luna parte de su poder. Tanto fue, que jamás volvió a ser completamente brillante y se vería obligada a vivir por fases; de ahí nace el ciclo de la luna. Pero gracias a eso, Nut podía dar a luz los cinco días al año que Thoth le había conseguido.
En cinco días, Nut fue capaz de traer al mundo cinco hijos que revolucionarían su mundo. El primero y más importante, fue Osiris, quien encarnaba la profecía que temía el dios Ra.
Osiris, bendecido tras esa unión, desde el primer momento se proclamó como «el señor de la luz y toda la Tierra».
El dios que cambiaría todo: Osiris trajo bendiciones a Egipto
Nacido de la noche llena de estrellas y de la magia de dar vida, Osiris transformó a Egipto rápidamente. El pueblo pasaba por un período de caos extremo, donde reinaba el hambre y el sufrimiento. Él, con su sabiduría, los enseñó a plantar y cultivar. Creó en ellos el hábito de honrar a los dioses e instaló un sistema de leyes que organizarían la vida en comunidad.
Mientras él viajaba por la Tierra con el propósito de enseñarles el arte de vivir, su hermano Set, quien siempre le había tenido envidia, reunió a 72 personas que estaban en su contra y juntos, desarrollaron un plan para matarlo.
Un ataúd lo volvió el rey de los muertos
Mientras su hermano estaba de viaje, Set construyó un hermoso ataúd lleno de joyas e incrustaciones que se adaptase a la perfección al cuerpo de Osiris. Luego, anunció que obsequiaría su creación al que mejor se le ajustara. Los 72 aliados se acostaron sobre la tumba y comprobaron sus bondades… cuando Osiris se acostó para probarla, cerraron la tapa rápidamente y quedó enterrado vivo.
Osiris, tras asfixiarse en el ataúd, pasó a la otra vida en donde se convirtió en el rey de los muertos y la resurrección.
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