El portugués Cristiano Ronaldo lleva un gol en tres partidos, lo que para un jugador de su calibre representa unasequía desesperante. Tras anotarle en el minuto 92 al Málaga, acumuló inquietud y nerviosismo por despilfarrar muchas ocasiones de gol. En la victoria ante Almería se vio su costado más egoísta.
Su actitud a lo largo del partido frente al Almería en el Santiago Bernabéu no fue una excepción. A lo largo del compromiso se la paso recriminando algunas acciones a sus compañeros y enemistado por completo con el gol.
Esta hostilidad en el terreno de juego levantó la reprobación de la grada del Real Madrid y manchó el 3-0 conseguido como local. Pero su peor momento fue al cierre del partido, con el último tanto de su equipo.
En el minuto 85, Chicharito colocó un balón preciso en el área, y cuando parecía que CR7 iba a empujarla, Arbeloa entró tirándose al suelo y firmó el resultado definitivo. Al portugués no le hizo ninguna gracia y desató su furia con un remate violento a la red, incluso con el balón alojado al fondo de la portería.
Era un gol más que se le escapaba y otro partido en el que el argentino Lionel Messi recortó distancias en la tabla de goleadores. Esta racha negativa hizo que el jugador del Barcelona, que anotó dos en el 6-0 a Getafe y alcanzó los 38 goles, se le ponga detrás a un Cristiano que se estancó en 39 anotaciones en la Liga.
Tras el gol de Arbeloa, mientras sus compañeros regresaban felicitándose a su campo, el lo hizo gesticulando con la cabeza, como diciendo que «no puede ser». Al final, Cristiano Ronaldo se fue consolado por su compatriota Coentrao, en un partido más en el que, por más que lo intentó, el luso se ha quedado sin marcar.
Fuente: Infobae