Un sencillo apretón de manos puede revelar información muy valiosa para nuestra salud. La fuerza con la que apretamos la mano puede, de acuerdo con un equipo de la Universidad de MacMaster (Canadá), ser indicador de el riesgo de muerte precoz o el riesgo de algunas enfermedades, como infarto o ictus. «Podría ser una prueba fácil y barata para evaluar el riesgo de cada individuo de enfermedad cardiovascular», señala el investigador principal, Darryl Leong.
Publicado en «The Lancet», la investigación ha hecho un análisis de 139.691 adultos de entre 35 y 70 años durante más de cuatro años en 17 países: los investigadores evaluaron la fuerza muscular con un dinamómetro. Así vieron que por cada disminución de 5 kg. de la fuerza de agarre, había un incremento en el riesgo de muerte temprana por cualquier causa del 16%, un 17% más de riesgo de muerte por enfermedades del corazón, o un aumento en el riesgo de infarto (7%) o de ictus (9%).
Según los investigadores estas asociaciones se mantenían incluso después de haber contemplado factores como la de edad, sexo, nivel de estudios, situación laboral, actividad física, consumo de tabaco y alcohol, dieta, índice de masa corporal, relación cintura-cadera u otras patologías como la diabetes, la hipertensión, cáncer, enfermedad de la arteria coronaria, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, derrame cerebral o insuficiencia cardiaca.
Nuevo biomarcador
Las conclusiones de su trabajo sugieren que una menor resistencia de agarre estaba vinculada con mayores tasas de mortalidad en las personas que desarrollan enfermedad cardiovascular y patologías no cardiovasculares (por ejemplo, cáncer), lo que sugiere que la fuerza muscular puede predecir el riesgo de muerte en las personas que desarrollan una enfermedad.
Para Avan Aihie Sayer, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), y Thomas Kirkwood ,de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), la fuerza de agarre podría ser un nuevo biomarcador de envejecimiento. «No es algo nuevo, Esta no es una idea nueva, pero los hallazgos de este nuevo estudio refuerzan la idea. La pérdida de fuerza de agarre podría ser un buen marcador de los procesos de envejecimiento subyacentes».
Fuente: ABC