El intérprete fue hallado muerto el fin de semana.
Aunque la repentina muerte de Philip Seymour Hoffman por culpa de una presunta sobredosis de heroína ha puesto de relieve que no había sido capaz de superar sus adicciones, su amigo David Bar Katz, guionista y productor de Hollywood, asegura que su inesperada recaída en el mundo de las drogas lo tomó completamente desprevenido tras haber visto al actor “limpio y sobrio” en las semanas previas a su fallecimiento.
“Lo vi la semana pasada y estaba limpio y sobrio. De verdad, estaba convencido de que este turbulento capítulo de su vida había terminado para siempre”, confesó Katz al periódico The New York Times, después de revelar que fue él quien se encargó de llamar a los servicios de emergencia al encontrar el cadáver del intérprete este domingo.
La noche anterior a su trágica muerte, el oscarizado artista acudió con dos amigos al popular restaurante neoyorquino Automatic Slims para disfrutar de una suculenta cena compuesta por una hamburguesa con queso y un jugo de arándanos, un menú habitual en un intérprete que, según explicó el gerente del establecimiento a E! News, “casi nunca tomaba alcohol”.
No obstante, solo un día más tarde la policía encontró el cuerpo sin vida de Philip Seymour Hoffman en el cuarto de baño de su domicilio con una aguja clavada en su brazo izquierdo, además de 10 paquetes de heroína marcados con los ases de corazones y de picas pertenecientes a la famosa baraja de póker, símbolos que podían indicar la procedencia de la sustancia según lo publicado por el portal TMZ.
Como revela el mismo medio, tanto sus familiares como sus amigos empezaron a preocuparse por su estado de salud cuando el actor no se presentó a recoger a sus hijos Tallulah, Cooper y Willa a primera hora de la mañana del domingo, como había acordado con su ex pareja, Mimi O’Donnell, el día anterior.
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