Los presidentes de Ucrania, Petró Poroshenko, y de Rusia, Vladímir Putin, han mantenido una conversación telefónica en la que han acordado «los pasos que facilitarán el establecimiento de la paz» en las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk, según ha matizado la presidencia ucrania, que ha tenido que rectificar su comunicado inicial, en el que anunciaba el acuerdo entre ambos mandatarios para un «alto el fuego permanente» en el este de Ucrania.
Según el nuevo comunicado publicado en la web de la Presidencia, durante la conversación los dos mandatarios llegaron a un acuerdo sobre «el régimen del alto el fuego» en la región de Donbas, donde se encuentran Donetsk y Lugansk, y ambos coincidieron «sobre los pasos que facilitarán el establecimiento de la paz».
Kiev da así marcha atrás en su anuncio inicial, después de que el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, hubiera negado categóricamente un acuerdo de alto el fuego entre Poroshenko y Putin, ya que Rusia «no es parte en el conflicto».
«Putin y Poroshenko han discutido en realidad los pasos que permitirían un alto el fuego entre la milicia y las Fuerzas Armadas ucranianas», ha señalado el portavoz, citado por RIA Novosti, antes de la nueva versión de la conversación telefónica ofrecida por Kiev. «Rusia no puede acordar físicamente un alto el fuego porque no es parte en el conflicto», ha incidido Peskov.
Previamente, el Kremlin había indicado que los dos presidentes habían abordado «la crisis militar y humanitaria en Ucrania» en su conversación telefónica. «Intercambiaron sus puntos de vista sobre las medidas prioritarias para detener el derramamiento de sangre en el sureste del país», había señalado Peskov, aclarando que el «punto de vista (de Putin) sobre las posibles salidas a esta situación de crisis coincide ampliamente con el del presidente ucraniano».
Rusia sostiene que lo que sucede en el este de Ucrania es un conflicto interno de ese país y que Kiev debe negociar con los rebeldes. Pero Moscú venía presionando desde hace tiempo por que se pactara una tregua sin condiciones previas y no como la que ofrecía el Gobierno de Ucrania, que exigía que, como paso previo, los separatistas depusieran las armas.
La situación de los últimos días en el frente de combate, que ha estado marcada por una exitosa ofensiva militar de los rebeldes, probablemente ha convencido a Poroshenko que necesita dar un respiro a sus tropas y pactar un alto el fuego que le permita realizar su campaña electoral sin tener como telón de fondo un Ejército en retirada. El presidente ha decidido disolver el Parlamento y ha convocado para el 26 de octubre próximo a nuevos comicios, que debe aprovechar para crear su propio movimiento. Hasta ahora, Poroshenko carece de partido y, por lo tanto, dependía de las otras fuerzas que lo apoyaban para impulsar las leyes en la Rada Suprema. Ese apoyo era, en cualquier caso, insuficiente para imponer la reforma que desea, que incluye modificaciones constituciones que den mayores facultades al presidente.
Y mientras Poroshenko parece tratar de rebajar la tensión, el primer ministro, Arseni Yatseniuk, ha denunciado que Rusia es un «Estado terrorista» y ha anunciado la próxima construcción de un «muro» en la frontera común para crear un «verdadero» límite entre los dos países. Yatseniuk, que ha culpado a Rusia del conflicto en el este de Ucrania, ha revelado que el Gobierno trabaja en un proyecto para levantar un «muro» en la frontera con Rusia. El objetivo, ha añadido, es construir una «verdadera frontera» entre los dos países, aunque no ha dado más detalles de estos planes.
Un representante de la autoproclamada República Popular de Donetsk comentó que tiene serias dudas de que todos los destacamentos que participan en la operación militar contra los rebeldes acepten el alto el fuego. El problema, como explicó el portavoz del servicio de información internacional de Ministerio de Defensa de los separatistas, Vladislav Brig, es que «Poroshenko no controla a los batallones de castigo». Poco después, el viceprimer ministro de Donestk, Vladímir Antyufeyev, manifestó precisamente, en declaraciones recogidas por Reuters, que el alto el fuego pasa por la retirada de las tropas ucranias de la zona.
En el frente de combate, los enfrentamientos por el control del aeropuerto de Donetsk continuaron en la mañana del miércoles, y los rebeldes afirmaron haber abatido un nuevo caza SU-25.
Mientras, se confirmó la muerte del fotógrafo ruso Andréi Stenin, con el que se había perdido contacto el 5 de agosto. El reportero gráfico pereció, a juzgar por los datos de que se dispone, cuando un proyectil impactó el auto en el que viajaba con otras personas, todas las cuales quedaron carbonizadas. Anteriormente, habían llegado noticias contradictorias sobre la suerte corrida por Stenin y, después de las declaraciones de un asesor del ministro del Interior ucranio, se creyó que estaba en manos de los servicios de seguridad, lo que luego fue desmentido.
El País