Estudiantes de la Escuela de Medicina José María Vargas, adscrita a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, recibieron ayer tres clases magistrales en la plaza San Lorenzo, frente a la casa de estudios en San José Cotiza, pese a las amenazas e insultos de dos presuntas mujeres que residen en el sector, que calificaron la actividad como “saboteo” al Gobierno.
En medio de un ambiente tenso recibieron clases 13 alumnos de Medicina, que desde las 10:00 am estaban reunidos en la plaza de manera pacífica, vestidos con batas blancas y tomando apuntes en sus cuadernos.
Alrededor de las 11:00 am, cuando sólo ese grupo faltaba por finalizar su cátedra de la mañana, dos mujeres se aproximaron al lugar y amenazaron a los estudiantes. Les dieron que si no se retiraban del sitio, llamarían a los “colectivos”. No obstante, los estudiantes no prestaron mucha atención a los comentarios y decidieron continuar la lección.
Sin dinero para mantenimiento
Esta medida de protesta convocada por docentes de la Escuela de Medicina se suma a las frecuentes actividades de calle que han efectuado las asociaciones de profesores del país para exigir mejoras salariales y presupuestarias para las universidades. El objetivo de las acciones es sensibilizar a las comunidades para que comprendan la situación en las casas de estudio.
“Nuestra voluntad no es detener el progreso de los estudiantes. Todo lo contrario, estamos haciendo esfuerzos para que los estudiantes puedan culminar su período académico, pero cada vez se nos dificulta más lograrlo. Manejemos un presupuesto vergonzoso de 12.000 bolívares mensuales y con eso tenemos que hacer mantenimiento a toda la estructura. La universidad se nos está cayendo”, denunció Mercedes Prieto, coordinadora académica de la escuela.
Las clases magistrales en la plaza San Lorenzo, que continuarán hasta que el Ministerio de Educación Universitaria concrete soluciones a los problemas, también sirvió como medida simbólica frente a la falta de espacios físicos con los que cuenta la Escuela de Medicina para impartir sus cátedras en las dos carreras que ofrecen, Medicina y Citotecnología.
“Los salones más grandes o auditorios son de 225 puestos, pero algunas materias tienen 250 estudiantes. Es realmente insuficiente el número de pupitres que podemos aportar. Les decimos a los profesores que el que lo desee puede dar clases aquí en la plaza para que podamos continuar con el programa académico y no detener el derecho de estudio”, señaló Prieto.
Se quedan sin docentes
Sobre la crisis presupuestaria en la Escuela de Medicina José María Vargas, Mercedes Prieto, coordinadora académica de la escuela, aseguró que la institución vive una involución pues cuenta con la mitad de docentes que tenía hace diez años y el número de estudiantes se habría triplicado.
También señaló que las múltiples satisfacciones que obtiene un docente al ejercer su oficio deben ir de la mano con buenas remuneraciones con el fin de que la universidad se conviertan en un campo laboral atractivo para las nuevas generaciones. “Un profesional necesita pagar una vivienda, pagarle los estudios a sus hijos, comprar comida. Esto no se puede sostener a no ser que tengas otro ingreso”.
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