Pon todo tu empeño y voluntad para que sepas darle solución a tus problemas sin que tu salud emocional y física paguen las consecuencias.
Sigue estos consejos
Si eres de las que recurre a la comida para ‘desahogar’ sus emociones, debes saber que comer de manera compulsiva no le pondrá solución a tus problemas, pues de cualquier manera tus preocupaciones, alegrías o enojos no cambiarán.
Reflexiona sobre las consecuencias que te está generando este círculo vicioso. Si es preciso busca ayuda profesional, sino tú misma ve educando a tu mente y a tu estómago, enfoca la energía que ahora ocupas para comer en algo más productivo, ¿qué tal en una actividad que te relaje?
Si acabas de discutir con tu novio por teléfono, no vayas directo al refri por el helado, ¿qué tal si escribes cómo te sientes? También puedes escuchar música, terminar un trabajo que tengas pendiente o puedes salir a caminar. Despeja tu mente de los malos pensamientos, después, cuando estés más tranquila podrás resolver tus broncas con más cordura.
Si ya detectaste que la ansiedad te está mal vibrando, sigue este tip: mastica una pastillita de carbonato de calcio (máximo 6 al día) o tómate un té de manzanilla, jamaica, limón, hierbabuena. Te ayudarán a tranquilizarte.
Si de plano no puedes resistir la tentación de comer algo ‘sustancioso’, al menos limita el tamaño, en lugar de comerte tres muffins, que sólo sea uno. Ten en mente siempre que lo único que debe impulsarte a comer es el hambre, una vez que la sacies, busca otras actividades.
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