Las autoridades turcas registrarán este lunes el consulado saudita en Estambul en el marco de la investigación sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, que podría haber sido asesinado.
El registro, previsto por la tarde en presencia de representantes sauditas, llega un día después de una entrevista telefónica entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el rey Salmán de Arabia Saudita durante la que hablaron del caso Khashoggi.
El periodista, conocido por sus críticas hacia el poder saudita, acudió al consultado el 2 de octubre para realizar los trámites para casarse con una turca, Hatice Cengiz.
Pero desde entonces está desaparecido. El gobierno saudita asegurá que salió de la legación pero las autoridades turcas dicen lo contrario y algunos responsables acusan a Riad de haber hecho asesinar al periodista dentro del consulado por un grupo de agentes enviados especialmente para esa misión.
Erdogan pidió varias veces sin éxito a las autoridades sauditas que proporcionen imágenes para demostrar que Khashoggi salió efectivamente del consulado.
«Consecuencias»
El registro fue autorizado la semana pasado por los sauditas pero todavía no se ha llevado a cabo por un desacuerdo sobre la manera de hacerlo, según la prensa turca.
Decenas de periodistas están instalados frente al consulado tras la desaparición de Khashoggi, que vivía en Estados Unidos desde 2017.
Arabia Saudita desmiente categóricamente cualquier implicación en la desaparición del periodista, conocido por sus críticas al príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, y que colaboraba entre otros en el periódico Washington Post.
El sábado Donald Trump, gran aliado de Arabia Saudita, dijo por primera vez que es posible la implicación de Riad en la desaparición y amenazó con infligir un «castigo severo».
Por su parte su consejero económico, Larry Kudlow, aseguró que el presidente estadounidense era «muy muy serio». «Si los sauditas están involucrados, si Khashoggi fue asesinado o herido o lo que sea, tendremos consecuencias negativas, él [Trump] actuará», dijo Kudlow.
El domingo, Arabia Saudita prometió responder a posibles sanciones. «El reino afirma su rechazo total a cualquier amenaza de socavarlo con amenazas de imponer sanciones económicas o usando la presión política», dijo un responsable saudita citado por la agencia oficial SPA.
Francia, Gran Bretaña y Alemania pidieron una «investigación creíble». «Defender la libertad de expresión y la prensa libre y asegurar la protección de los periodistas son prioridades esenciales para Alemania, Reino Unido y Francia», dijeron en un comunicado común los ministros de Exteriores de los tres países.
Domingo negro para la bolsa
Este lunes la bolsa saudita se recuperaba tras un domingo negro provocado por el caso Khashoggi.
El millonario británico Richard Branson decidió congelar sus proyectos en el país. Y varias personalidades decidieron no participar en la segunda edición del foro Future Investment Initiative, el llamado «Davos en el desierto», que se celebra en Riad del 23 al 25 de octubre.
Es el caso de James Dimon, consejero delegado del banco estadounidense JPMorgan Chase, que según la prensa estadounidense el domingo por la noche ya no estaba en la lista de invitados.
Tampoco estarán medios como el Financial Times, el New York Times o The Economist ni tampoco el jefe de Uber.
Para muchas multinacionales, ir a esta conferencia comporta riesgos para su reputación que «superan a los beneficios que habrían podido sacar de la economía saudita», según Michael Stephens, del centro de reflexión londinense Royal United Services Institute.
AFP