Por considerarla una “manifiesta injerencia”, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) rechazó la decisión de su par chileno a favor del exalcalde de Chacao, Leopoldo López; y juró que “nunca atenderá a exigencias” provenientes del extranjero.
Acompañada por los vicepresidentes del máximo juzgado, Maikel Moreno e Indira Alfonzo, la presidenta del organismo, magistrada Gladys Gutiérrez, leyó un pronunciamiento en el cual se tacha de “ofensa a la institucionalidad, a la democracia y a la soberanía del país” el dictamen que la Corte Suprema de Chile dictó en la víspera y en el cual se ordena al Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet que solicite a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que verifique in situ la situación del encarcelado dirigente opositor, así como de otros políticos presos.
Tras aseverar que el fallo “carece de validez y es absolutamente inejecutable en el orden internacional y en el interno, por violentar principios y normas universales del derecho internacional”, Gutiérrez garantizó que el Poder Judicial “nunca atenderá a exigencias fuera de lugar provenientes de otras naciones”.
Asimismo Gutiérrez dejó entrever que el pronunciamiento de la Corte Suprema chilena tiene un interés político. “Son notorios los intentos de debilitamiento de las instituciones en la proximidad de un proceso electoral, cuando por el contrario impera un fortalecimiento de las mismas y del pueblo organizado”, dijo.