Harold Bornstein, el médico que en 2015 aseguró por escrito que si Donald Trump llegaba a la Casa Blanca sería «el presidente más sano jamás elegido» dada su «excelente salud», ha reconocido ahora que escribió esas palabras al dictado del hoy máximo líder de Estados Unidos. «Él me dictó toda la carta. Yo no la escribí», ha asegurado a la cadena de televisión CNN. Y no solo eso, en otra cadena ha revelado que su consulta fue «saqueada» el año pasado por personas próximas al presidente para incautarse de informes médicos del magnate, algo que la Casa Blanca describió como un «procedimiento estándar».
Bornstein, especialista en medicina interna y médico personal de Trump durante los últimos 36 años, dijo en diciembre de 2015, a través de una carta plagada de hipérboles, que la salud de Trump era «asombrosamente excelente» y que el candidato republicano estaba dotado de extraordinarias «fuerza física» y «salud en general». «Su salud es excelente, especialmente su salud mental», dijo meses después el doctor entre risas. «Funciona muy bien», añadió entonces a BBC.
Ya en aquellas fechas admitió que había escrito el parte médico «en cinco minutos», mientras Trump esperaba la nota sentado en su limusina y que quizás se «contagió» del estilo del entonces candidato. Ahora ha ido más allá. «Él me dictó la carta y yo le dije lo que no podía poner», ha asegurado en CNN.
Además, en NBC el médico ha detallado que en febrero de 2017, el entonces funcionario de la Casa Blanca Keith Schiller, que durante mucho tiempo fue guardaespaldas de Trump, se presentó en su oficina junto a otros dos hombres y se llevó todos los informes médicos del presidente. «Debieron estar aquí 25 o 30 minutos. Crearon mucho caos», ha dicho Bornstein, quien se sintió «violado, asustado y triste» durante lo que describió como un «saqueo» de su oficina, informa Efe.
El doctor ha explicado que Schiller, acompañado de un abogado de la Organización Trump llamado Alan Garten y de un tercer hombre no identificado, le pidieron quitar de la pared una fotografía enmarcada en la que él aparecía junto al presidente, y que Bornstein tiene ahora bajo un montón de papeles en una estantería.
Preguntada al respecto durante una conferencia de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha restado importancia al incidente y ha negado que fuera un «saqueo». «Como parte del procedimiento estándar bajo un nuevo presidente, la Unidad Médica de la Casa Blanca tomó posesión de los informes médicos del presidente», ha defendido Sanders.