Mark Esper con Donald Trump – EFE
Las desaveniencias afloraron hace semanas por el despliegue del Ejército para hacer frente a las protestas raciales
Sin admitir su derrota en las elecciones, y en medio de una batalla legal para invalidar los resultados de estas, Donald Trump ha iniciado una purga en su gobierno que comienza con el jefe del Pentágono, Mark Esper, quien se une al club de quienes han sido despedidos por medio de la red social Twitter. Es poco común que un presidente haga cambios tan drásticos a poco más de dos meses de tener que abandonar el cargo, pero Trump no reconoce los resultados de los comicios del martes, y se está comportando como si hubiera ganado.
Pocos cargos hay tan importantes en una administración como el de Secretario de Defensa, y ahora lo ocupará alguien en funciones hasta la toma de posesión del nuevo presidente, el 20 de enero, con dos frentes de guerra abiertos y un repliegue en marcha en Irak y Afganistán.
«Mark Esper ha sido despedido. Quisiera agradecerle sus servicios», dijo el presidente este lunes en un mensaje en la red social Twitter en el que además anunció a su sustituto, Christopher C. Miller, que hasta ahora era director del Centro Nacional Antiterrorista. El presidente Trump ha recordado en su mensaje en Twitter que Miller «fue confirmado, de forma unánime, en el Senado». Esa Cámara Alta debe aprobar todos los nombramientos ministeriales del presidente.
Las tensiones entre Trump y su ministro de Defensa han ido en aumento desde el verano, cuando el presidente movilizó al ejército para hacer frente a la protesta racial. En público, Esper llegó a decir que no le parecía adecuado activar la ley contra insurrecciones que hubiera permitido un despliegue militar de envergadura en todo el país, ante la protesta racial tras la muerte del hombre de raza negra George Floyd bajo custodia policial.
El presidente lleva semanas sopesando una purga a gran escala en el gobierno, que afectaría, según lo que han publicado varios medios estadounidenses, a los jefes del Pentágono y de la CIA, entre otros. También llegó a bromear el presidente en sus últimos mítines con el despido del doctor Anthony Fauci, quien coordina el departamento de enfermedades infecciosas del Instituto Nacional de Salud, y que ha sido parte central de su gabinete de crisis frente al coronavirus.
La cadena NBC publicó la semana pasada, antes de que Joe Biden se proclamara ganador, que Esper había preparado una carta de dimisión, ante la posibilidad de ser despedido. El secretario marcó distancias con Trump después de que las fuerzas armadas se desplegaran en la capital para ahogar los disturbios y saqueos de la protesta racial. Esper acompañó a Trump a hacerse un foto en una iglesia cerca de la Casa Blanca después de que la policía desalojara las calles aledañas con antidisturbios, granadas aturdidoras y gas pimienta.
ABC.es
David Alandete