Con los republicanos controlando la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso, las opiniones de los escépticos del clima, en gran parte marginadas durante los años de Obama, están encontrando nueva voz.
Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que el presidente Donald Trump firmará las órdenes ejecutivas el martes, lo que efectivamente desmantelarían las regulaciones ambientales de la era de Obama.
Esto reaviva el debate sobre cómo la actividad humana afecta el clima de la tierra y donde por estos días se profundiza la preocupación.
«Muchos coinciden en que sería desastroso», dijo el ganador del Premio Nobel holandés Paul Crutzen a VOA en una entrevista telefónica.
«Todo lo que se ha conseguido podría ser destruido, así que no creo que muchos científicos estarían satisfechos con esto», dijo Crutzen, ganador del Premio Nobel de 1995 por el trabajo que explica el agotamiento de la capa de ozono de la Tierra.
Trump ha señalado repetidamente desdén por la política climática de su predecesor. En la campaña electoral llamó al Plan de Energía Limpia del presidente Barack Obama «estúpido», en gran parte porque pone en marcha lo que él llama las regulaciones de «matanza laboral».
El administrador de la EPA Scott Pruitt observa al presidente Donald Trump hablar antes de firmar la orden ejecutiva de Aguas de los Estados Unidos, el 28 de febrero de 2017, en la sala Roosevelt de la Casa Blanca.
Las órdenes ejecutivas que se programaron para firmar el martes, ordenan a la Agencia de Protección Ambiental revisar a fondo las regulaciones descritas en el Plan de Energía Limpia.
La propuesta de presupuesto de Trump para el 2018, reduce la financiación de la EPA en un 31 por ciento, incluyendo un recorte casi total de fondos para investigación climática.
El director de Presupuesto de Trump, Mick Mulvaney, dijo en un informe de la Casa Blanca: «No vamos a gastar más dinero en eso».
Efecto internacional
Menos claro es el compromiso del presidente Trump con acuerdos internacionales como el Acuerdo Climático de París de 2015, firmado por Obama.
Trump tiene una aversión a los tratados que ceden la autoridad de EE.UU. a los organismos mundiales.
Por su parte el administrador de la EPA, Scott Pruitt, habló el domingo en ABC y llamó el tratado de París un «mal acuerdo».
Se dijo que los primeros borradores de las órdenes ejecutivas incluían un lenguaje crítico con el acuerdo de París.
Sin embargo, los informes de prensa dicen que dos de sus confidentes más cercanos, la hija de Trump Ivanka, y el secretario de Estado Rex Tillerson, intervinieron para que las referencias al Acuerdo de París desaparecieran del borrador final.
Pruitt, de la EPA, dijo el domingo que la revisión del Plan de Energía Limpia tiene como objetivo desbloquear la industria estadounidense.
«Se trata de asegurarnos de tener un enfoque pro-crecimiento y pro-medio ambiente para cómo hacemos la regulación en este país», dijo.
Un tema candente
Los detalles filtrados de las órdenes ejecutivas han encendido una tormenta de fuego entre los científicos del clima.
Tim Barnett, geofísico investigador emérito del Instituto Scripps de Oceanografía en California, dice que incluso él, un partidario de Trump, consideraría «inconcebible» revertir las regulaciones contenidas en el Plan de Energía Limpia.
«El calentamiento global no es una cuestión demócrata o una cuestión republicana», dijo.
«Si nos fijamos en lo que está pasando en el Ártico, en la Antártida, al continuar poniendo dióxido de carbono en la atmósfera, estamos haciendo que los océanos sean más ácidos. Se cree que para 2040 la mitad de las criaturas planctónicas estarán bajo estrés».
(Este artículo contó con la colaboración de Peter Heinlein, VOA News)
Voz de América – Redacción