Masturbación en pareja. A veces puede resultar muy excitante ver cómo tu pareja se masturba. Te permitirá conocer mejor sus sensaciones, ¡es una clase práctica de enorme interés!
Seguro que alguna vez has fantaseado con la idea de ser modelo. Lánzate por un día, propón a tu pareja una sesión de fotografía o de vídeo, como si fuese el fotógrafo o el cámara de un programa o revista erótico.
Una música sugerente puede ser un potente afrodisíaco. Emplea unos minutos en elegir las canciones o melodías que mejor puedan acompañar tu relación sexual. La música puede ayudar a desinhibirse, y también a relajarse.
Rodéate de objetos de colores sugerentes y vístete con ropas cálidas. El gris es el color que menos erotismo despierta en las parejas, según algunos estudios, así que procura no utilizar ropa interior de ese color, ni sábanas, cojines, alfombras o almohadas.
A ciegas: vendaos mutuamente los ojos antes de acariciaros mutuamente.
Una piel suave y cuidada siempre es agradable al tacto, y su perfume puede ser un gran afrodisíaco. Se dice que el mejor perfume y el más potente afrodisíaco es el de una piel recién lavada. Para que tu pareja disfrute acariciándote y besándote, cuida a diario tu piel con una buena crema hidratante. Y bebe mucha agua, porque eso ayudará a que tu piel permanezca siempre bien hidratada y con buen aspecto.
Algunos alimentos (como el chocolate, la miel, la nata o los helados) también pueden tener connotaciones eróticas: unta con ellos suavemente las zonas más sensibles del cuerpo de tu pareja y… ¡Bon appetit!
Aún existen bastantes prejuicios al respecto, pero quizá te venga bien acudir a una playa nudista con tu pareja. ¿Por qué no probarlo? Elige una en la que os podáis broncear juntos: notaréis lo excitante que resulta sentir los rayos de sol en las partes del cuerpo que normalmente están ocultas.
En las grandes ciudades cada vez existen más restaurantes eróticos. Si no lo has probado, deja en casa la timidez e inténtalo. Ten confianza en que será una experiencia, si no necesariamente enriquecedora, por lo menos interesante.
Después de una buena noche de actividad sexual, obsequia a tu pareja con un buen desayuno en la cama. Es una bonita manera de decirle que has disfrutado mucho a su lado.
Vuelvan al lugar donde se conocieron y recuerden aquellos días. En muchos casos, este ejercicio de nostalgia eleva la libido hasta límites que ni siquiera imaginas.
La ropa de cama debe invitar al sexo. Procura que las sábanas y el edredón sean suaves y agradables al tacto. La seda y el satén son como una caricia para la piel: al elegirlas, ten en cuenta el color de las paredes y del resto de los muebles de la habitación.
Sexo sorpresa: sorprende a tu pareja cuando vuelva de trabajar, esperándola en la puerta de casa con un «look» sexy o en ropa interior. Cuando entre, invítale a una copa de cava o champán, e indícale el camino a la cama.
Recuerda los juegos infantiles: puedes aplicarlos en tu vida sexual jugando a las prendas. Por ejemplo, después de la cena, con el corcho de la botella sobre la mesa, haciéndolo girar: al que le toque, deberá desprenderse de una prenda. Y así sucesivamente.
Las cosquillas son un extraordinario método para romper el hielo y sumergirse en un baño de pasión. Puedes utilizar tus propias manos, pero también una pluma o cualquier objeto de textura suave. Los lugares más vulnerables al irresistible estímulo de las cosquillas son los pezones, el cuello, el ombligo, las piernas, la nuca, la planta de los pies, la cara y por supuesto, los genitales y sus alrededores.
Cambiar de planes inesperadamente o participar en una cita a ciegas puede ser una experiencia muy excitante: reserva una habitación en un hotel y cita a tu pareja para cenar en un restaurante o tomar un copa en el bar del hotel. Muéstrale la llave de la habitación de manera inesperada.
En las tiendas de disfraces o en los sex-shops encontrarás pinturas corporales de colores que se limpian fácilmente con el agua. Compra tus colores favoritos y aprovecha para pintarle todo el cuerpo a tu pareja. El efecto del pincel húmedo sobre la piel le producirá una sensación muy erótica. Después, invítalo a que haga lo mismo contigo.
La cama es el lugar del sexo por excelencia, pero existen otros sitios de la casa con una fuerte carga erótica, como la cocina o la ducha. Anímate a probarlos.
La luz es un detalle muy importante. Procura no tener luces ni lámparas brillantes o que deslumbren y mantén la habitación en una sugerente penumbra. A no ser que queráis probar a oscuras (lo cual también puede dar lugar a nuevas fantasías), deja suficiente iluminación como para que ambos os veáis bien. Al fin y al cabo, ver cómo tu pareja disfruta es uno de los mejores estímulos que existen.
Muchas personas creen en la fuerza de las imágenes. Los cuadros, fotos o esculturas de la casa pueden influir decisivamente en las relaciones sentimentales y, por lo tanto, sexuales. Así que prueba a colgar fotos románticas de vosotros dos o recuerdos de algún viaje especial, por ejemplo.
La ducha es el lugar ideal para llevar a cabo todo tipo de juegos eróticos. El agua caliente relaja y hace que las sensaciones sean más intensas. Recorre el cuerpo de tu pareja con un jabón de aroma afrodisíaco y espera su reacción…
Aunque llevéis mucho tiempo casados o como novios, no olvides de vez en cuando obsequiar a tu pareja con un buen beso. Hazlo siempre de forma natural y sin obligación, sólo cuando te apetezca. Ya verás cómo con estos pequeños gestos consigues hacerla feliz.
Quizá lo hayas visto en alguna película, pero, ¿por qué no probarlo? Derrite a tu pareja recorriendo su piel con un cubito de hielo, empezando por la nuca y las muñecas, para que se vaya acostumbrando poco a poco. Sigue por el resto del cuerpo y detente en las zonas erógenas. ¡Eso sí, no olvides que hay personas que con el frío pierden la excitación!
Acostarse más tarde que de costumbre puede afectar la libido a la noche siguiente. La posible razón es que durante el sueño bajan los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. La falta de sueño provoca una acumulación de esta hormona, lo cual puede afectar al bienestar de la pareja y, posiblemente, a su apetito sexual.