El drama del alcalde Raziel Rodríguez comenzó en abril de este año, cuando se le ocurrió meterse con unos pobladores del parcelamiento Villa Zamora 2021. Ahora, la autoridad local de Guatire enfrenta juicio y la posibilidad cierta de una destitución. Eso no tendría nada de extraño si no se tratara de un militante de un partido opositor que ganó las elecciones de noviembre de 2021 porque los guatireños votaron por él.
Es bastante difícil dejar de pensar que la política tiene algo que ver en este caso, pues Raziel Rodríguez ganó la Alcaldía del Municipio Zamora con la tarjeta de Fuerza Vecinal, la misma agrupación que se impuso en los municipios Chacao, El Hatillo y Baruta. Sacó un poco más de 27.000 votos en las elecciones del 21 de noviembre porque los guatireños así lo expresaron.
Pero fue poco el tiempo que lo dejaron trabajar. Lo acusan de haber ordenado el desalojo de un parcelamiento a favor de una empresa textil, caso por el que al parecer existe una querella desde 2016. Él niega todas las acusaciones y dice tener los documentos que comprueban su inocencia. ¿Le servirá de algo? Que nos perdone el alcalde, pero lo ponemos en duda.
El grupo recibió el “permiso” de ocupar esa tierra hace seis años de parte de Instituto Nacional de Tierras chavista. Pero los “campesinos” aseguran en un video que transmitió Diosdado Cabello en su programa que viven allí desde hace mucho más tiempo. Son tan fieles a la revolución que hasta en una de las casas hay una foto del vicepresidente del PSUV con la banda de gobernador del estado Miranda.
Cabello ha tomado este caso contra el alcalde como un punto de honor, pues asegura que lo que ha hecho es agredir a la pobre comunidad que habita el lugar. «Esto es lo que pasa cuando el fascismo regresa al poder», advirtió en su espacio de televisión. Un discurso que repite Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional chavista, cuando «pide» que todos los involucrados en el caso sean castigados, comenzando por Raziel Rodríguez. Una solicitud peligrosa en un país donde el Poder Judicial está sometido al Ejecutivo. Recordemos solamente cómo le desgraciaron la vida a la jueza Afiuni.
Todo apunta a que el alcalde, que ostenta ese cargo por decisión del pueblo, será objeto de la justicia chavista sin derecho ni siquiera a defenderse. Y como él asegura que el trasfondo es político, pide “tres minuticos” para hablar con Nicolás Maduro. ¿Espera un gesto magnánimo del mandamás de Miraflores? No pareciera preocuparle mucho en este momento en el que se divierte montando camellos con la primera combatiente en algún país árabe.
El caso de Raziel Rodríguez es otro ejemplo de cómo la justicia chavista se usa en contra de la poca democracia que queda en el país. Si se comprobara que el alcalde cometió alguna falta en contra de ciudadanos inocentes, debería recibir las sanciones acordes con la ley, que seguramente no incluyen destitución y cárcel, sobre todo porque los desalojados retornaron a sus terrenos.
Primero debería haber un proceso judicial justo, con presunción de inocencia. Sin embargo, pareciera que el alcalde ya fue hasta sentenciado. Así funciona el chavismo cuando quiere quitar a alguien del medio.