Los tratamientos e insumos para el tratamiento de dolencias de la vista también están en la lista de productos escasos. Desde hace tres meses es complicado hallar lentes intraoculares, indispensables para operar las cataratas, la principal causa de ceguera en el país y en el mundo.
“En Venezuela estamos ante una situación grave. Lo que más falla son los esteroides en gotas y los lentes intraoculares. Tampoco hay lentes correctivos convencionales porque no hay material para fabricarlos. La escasez de medicamentos impide que los pacientes tengan tratamiento adecuado”, dijo Moraima Acevedo, ex presidente de la Sociedad Venezolana de Oftalmología.
La denuncia sobre el déficit coincide con la conmemoración del Día Mundial de la Visión, el segundo jueves de octubre. La OMS llama a realizar actividades preventivas y a reforzar todas las opciones posibles para evitar la ceguera. Sin embargo, el llamado de la organización multinacional se complica debido a la crisis nacional.
También hay fallas de fármacos como la ciclosporina y el hialuronato de sodio o la carboximetilcelulosa.
En los centros públicos como el Hospital Francisco Antonio Rísquez de Caracas, especializado en el área oftalmológica, se dañó hace una semana el aparato para realizar pruebas de campo visual, lo que obliga a los pacientes a ir a centros privados. En ese centro los cirujanos restringieron las operaciones, debido a la falta de insumos para operar, desde el 15 de agosto.
Tecnología. El uso excesivo de tabletas, celulares, computadoras y otros dispositivos electrónicos pueden ocasionar daños en la visión como el síndrome del ojo seco, que impide la correcta lubricación con lágrimas. Acevedo indicó que algunas personas miran las pantallas por períodos prolongados sin parpadear, lo que causa ardor, visión borrosa, sensación arenosa, fotosensibilidad y dolor en los ojos, y termina por desencadenar la patología.
La especialista expresó que aun cuando no hay cifras oficiales que indiquen cuántas personas están afectadas por esa dolencia, el incremento en el uso de dispositivos electrónicos potencia la posibilidad de que cada vez haya más venezolanos con el síndrome, situación que se agrava con la escasez de medicamentos y de insumos para tratamientos oftalmológicos.
El Nacional.