Tratamientos de segunda línea aumentan supervivencia de pacientes con cáncer renal metastásico

Tratamientos de segunda línea aumentan supervivencia de pacientes con cáncer renal metastásico

* La sobrevida de los afectados se ubica alrededor de los 30 meses al utilizar estos fármacos.

 

* Sus bajos niveles de toxicidad permiten que sean mejor tolerados.

 

* En Venezuela, la incidencia de esta patología es mayor en los hombres que en las mujeres según la Organización Mundial de La Salud.

 

La era de la inmunoterapia ha terminado y con ello se ha abierto el paso a nuevos procedimientos que han reemplazado a este método para combatir el cáncer de riñón. Los avances en la medicina son constantes y cada día hay nuevos descubrimientos que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes, por lo que es de suma importancia que los médicos se mantengan informados sobre las terapias más actuales.

 

En el marco del Foro de Oncología realizado por Pfizer, la Dra. Cristina Suárez, Oncóloga del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona – España, comentó que los tratamientos de segunda línea son aquellos que se utilizan cuando la terapia elegida para atacar el tumor en una primera instancia deja de hacer efecto, o bien ha presentado una toxicidad tan grave que no puede ser tolerada por el paciente, por lo que hay que cambiarla y utilizar un segundo fármaco.

 

Actualmente, existen diferentes opciones en cuanto a estas terapias se refiere; la especialista explicó que no hay datos predictivos que indiquen cuál opción sería más conveniente para el paciente, sin embargo, los números favorecen globalmente a los inhibidores de la tirosina quinasa, ya que los tumores renales son muy vascularizados y estos medicamentos juegan un papel antiangiogénico, refiriéndose a los agentes químicos o biológicos que inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos. “En mi opinión la mayoría de las personas que padecen cáncer renal metastásico deberían tratarse con este tipo de fármaco en una segunda línea”, expresó.

 

Asimismo, resaltó que estos tratamientos benefician los pronósticos de supervivencia del paciente, agregando unos 30 meses de vida, a diferencia del interferon y la interleuquina, propios de la inmunoterapia, cuyo tiempo es menor de un año.

 

En relación con los efectos adversos, la doctora Suárez indicó que “la calidad de vida para los pacientes es primordial, por esta razón se han realizado estudios para evaluar este

 

factor tan determinante para los afectados, resultando en que no perturban considerablemente sus actividades diarias. De igual forma, siempre es necesario consultar los síntomas que presenta cada paciente, ya que debe encontrarse un equilibrio entre los efectos secundarios y la eficacia, puesto que lo esencial es que la persona tratada se sienta lo mejor posible”.

 

Por último, la doctora Suárez hizo énfasis sobre la importancia de la educación médica continua como método para mejorar la práctica e interactuar con otros especialistas sobre las doctrinas más actuales. Además, explicó que es imprescindible mantener este tipo de iniciativas como la realizada por Pfizer para poder mejorar la calidad de servicio y, por supuesto, la vida de los pacientes.

 

Fuente:Nota de Prensa

 

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