El luxemburgués Gilles Muller venció al español Rafael Nadal de forma agónica y por segunda vez en Wimbledon, y le apeó del torneo al derrotarle en esta ocasión por 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 en cuatro horas y 48 minutos, a la quinta bola de partido, para alcanzar los cuartos de final, por primera vez.
Muller se enfrentará en esa ronda contra el croata Marin Cilic, séptimo favorito, que se deshizo del español Roberto Bautista, por 6-2, 6-2 y 6-2 en una hora y 41 minutos.
Nadal salvó cuatro bolas de partido, dos en el décimo juego del quinto set, y otras dos en el vigésimo en un parcial agónico para ambos, en el que el español dispuso de cinco bolas de rotura, una en el décimo tercero, y cuatro en el décimo noveno, que hubieran podido cambiar el signo del encuentro. Pero Muller las salvó con su mejor arma, el servicio, con el que anotó 30 saques directos.
Después de hacerse con sus primeros tres encuentros con desahogo y sin ceder un set, Rafa sufrió la primera prueba de fuego en este Wimbledon y cedió de nuevo ante Muller, su verdugo en la segunda ronda de 2005, cuando el luxemburgués venció entonces a un Nadal que llegaba a Londres tras lograr su primera corona en Roland Garros.
Muller cortó la racha de 28 sets ganados de forma consecutiva por Nadal, sumando su trayectoria en París, y los primeros partidos en Wimbledon.
El español luchó y estuvo a punto de lograr por tercera vez en su recorrido en el Grand Slam remontar las dos primeras mangas perdidas y ganar en cinco, ambas aquí: contra el estadounidense Robert Kendrick en 2006 y el ruso Mijail Youznhy en 2007, pero Muller lo impidió al romper su saque en el último juego del quinto set, cuando ambos estaban ya agotados.
El duelo de la pista enfrentó al que más victorias lleva en tierra esta temporada (Nadal, con 24) con el de hierba (Muller, con 10). El luxemburgués, de 34 años, ganador de su primer título en esta superficie recientemente en Hertogebosch, se llevó los dos primeros parciales dosificando su fenomenal servicio (ya lleva 102 ‘aces’) ante la falta de chispa de Nadal, muy diferente al jugador que apabulló al ruso Karen Khachanov en la tercera ronda.
Pero el de Manacor reaccionó con fuerza a partir del tercer set, y a la hora y media de partido consiguió la primera rotura que le abría las puertas a la ilusión (3-1), para robar de nuevo en el quinto del cuarto (3-2) e igualar el partido después de dos horas y 32 minutos de lucha.
Se abría la lucha en el quinto set, con Nadal salvando apuradamente su servicio cada vez que le tocaba ponerlo en juego. En ese aspecto estuvo irreconocible pues acabó con 23 directos, pero sus piernas no le permitían demasiados intercambios y su mente estaba atrapada por el saque de su adversario.
Muller estuvo más frío que el español y a la quinta oportunidad dio cuenta del campeón de Roland Garros, que intentaba regresar a los cuartos de Wimbledon, por primera vez desde el 2011.
EFE