Torino Capital, en su informe correspondiente al primer trimestre de 2018, advierte que Venezuela inicia el año en una “posición poco envidiable”.
La firma señala que “el país sufre la mayor contracción económica registrada en la historia de Latinoamérica, y la inflación está a punto de convertirse en la mayor del mundo en la última década”.
Además, “carece de acceso a los mercados internacionales y sus fuerzas políticas clave están atrapadas en un punto muerto que no parece que tendrá una solución a corto plazo”, indica el documento Red Book, analizado por el economista jefe del banco de inversión, Francisco Rodríguez
Si a estos factores se suman el “peso generado por sanciones económicas de Estados Unidos y las perspectivas de caída de la producción petrolera es difícil encontrar razones para ser optimista con respecto a la economía venezolana”, señala el texto.
El año pasado se dio un “colapso sin precedentes de la producción petrolera”, refiere el informe Aterrizaje forzoso.
“Si Venezuela hubiese podido exportar los 964 mil barriles diarios de producción que perdió en los últimos cinco años, sus exportaciones en 2017 hubiesen sido de 44,2 millardos de dólares en lugar de 27,8 millardos de dólares. Y la sustitución de altos cargos en Petróleos de Venezuela (Pdvsa) por cuadros de menor experiencia en el área, en medio de una polémica investigación por corrupción”, hace sugerir al banco de inversión que la tendencia contractiva de la producción petrolera “pudiera continuar”.
En ese sentido, prevé que la inflación de 2018 se acelerará a 10.554%% con respecto al que estimó de 1,001% para 2017. Precisa que para la construcción de ese estimado se utilizó la nueva metodología adoptada por el Banco Central de Venezuela (BCV) en 2014.
Sin embargo, argumenta, que “hay buenas razones para creer que la metodología usada hasta mediados del 2014 refleja de manera más exacta los patrones de consumo actuales. En esa serie, la inflación para finales de 2017 alcanza un valor de 2,506%”.
Agridulce
Pese a ese escenario “la contracción económica se verá amortiguada por el alza de los precios del petróleo”, añade. “Esto, aunado al incumplimiento de algunos compromisos externos, generaría un superávit de cuenta corriente más moderado ($4,6 millardos en 2018 en comparación con $7,0 millardos en 2017), pero que permitiría un pequeño aumento en las importaciones”.
Sostiene también que “normalmente un aumento en las importaciones estaría asociado con crecimiento económico en Venezuela, pues hay una fuerte correlación empírica entre importaciones y crecimiento en la serie histórica; no obstante, la transición hacia la hiperinflación causará daños adicionales a la capacidad de la economía de asignar recursos, por lo que nos es difícil pensar en una recuperación bajo estas condiciones”.
En su opinión “estas fuerzas oponentes en pugna generarán una contracción moderada de 2,5% en el Producto Interno Bruto (PIB)”.
La posibilidad de un cambio político en 2019, que vendría asociado a una transformación del modelo económico, lleva al banco a mantener una visión más benigna de ese año.
Datos varios
La firma calcula que el déficit fiscal al cierre de 2017 se ubicó en 20,8%, pues aunque el gasto cayó de 57% a 38% del PIB entre 2014 y 2017, los ingresos han colapsado aún más, de 48% a 17% del PIB durante el mismo período. “Esto implica que los recortes en el gasto fueron insuficientes para reducir el déficit a niveles razonables”.
Durante los primeros nueve meses de 2017, el gasto real del gobierno central había caído 26,7% en términos interanuales. En contraste, apunta, durante el último trimestre, registró una expansión de 15,9%, impulsado por programas de transferencias directas, como el bono navideño a través del Carnet de la Patria.
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