Cada año por estas fechas, la bajada de las temperaturas dispara los casos de gripe, una enfermedad infecciosa aguda que afecta a las vías respiratorias y que está causada por el virus de la influenza. Fiebre, escalofríos, dolor musculares y de cabeza, molestias de garganta, malestar general, pérdida de apetito y tos seca son sus principales síntomas.
Comienza alcanzando a la población infantil y se extiende con mayor rapidez entre los grupos de riesgo. Según los datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), las epidemias anuales de gripe afectan a entre el 5 y 15 por ciento de la población general, si bien su incidencia sube al 50 por ciento en los grupos de población cerrados, como residencias de mayores o asilos.
La trasmisión es muy fácil, dado que se produce por vía aérea a través de gotitas originadas al hablar o toser por la persona enferma. Asimismo puede trasmitirse por medio de las manos, cuando una persona se toca la nariz o la boca tras manipular cualquier elemento que haya estado en contacto con una persona enferma; por esta razón es muy importante la vacunación.
La vacunación es la principal prevención del contagio, por lo que se recomienda especialmente a las personas con riesgo de sufrir complicaciones a raíz de contraer la gripe, pese a que es también importante para evitar que las personas sin riesgo contagien a la población más vulnerable.
¿Quiénes deben vacunarse?
Personas mayores de 65 años.
Mujeres embarazadas en cualquier momento de la gestación.
Niños entre los seis meses y los dos años de edad.
Personas entre los dos y los 64 años con enfermedades crónicas cardiacas, hepáticas, renales, pulmonares, neuromusculares, sanguíneas o metabólicas, inmunosupresión e inmunodepresión,obesidad mórbida, anemia y asplenia.
Personas que conviven o cuidan a pacientes de riesgo.
Colectivos profesionales con un mayor riesgo de exposición como: trabajadores de centros sanitarios, instituciones geriátricas o penitenciarias, además del personal de servicios públicos como bomberos o fuerzas y cuerpos de seguridad.
Es importante vacunarse cada año, dado que los anticuerpos producidos por la vacunación disminuyen con el tiempo, no siendo suficientes de año en año. También es recomendable porque periódicamente las cepas varían según las toxinas que con más probabilidad circulan cada temporada, obligando a modificar las vacunas anualmente.
¿Quiénes NO deben vacunarse?
Personas con alergia al huevo o con hipersensibilidad a las proteínas de huevo.
Pacientes que hayan experimentado una reacción alérgica severa a una vacuna anterior contra la gripe.
Los niños menores de seis meses.
Personas que sufran de alguna enfermedad aguda con fiebre alta, ya que deben esperar a que el problema remita.
Complicaciones de la gripe
La gripe complica otras enfermedades. Además, una gripe mal tratada puede derivar en problemas respiratorios y causar neumonía, bronquitis, sinusitis u otitis. Una simple gripe puede tener consecuencias graves para las personas mayores, en especial, a partir de los 65 años, así como en pacientes con enfermedades crónicas o que sufren Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Fuente: dmedicina