Todas sabemos que acudir regularmente al médico es importante y el ginecólogo no es la excepción.
Entonces, ¿por qué la mayoría de nosotras dejamos para después la consulta ginecológica anual? Parece que existe el mito de que el médico nos va a lastimar o atacar con los espéculos… ¡Pero obviamente no!
Sin importar nuestra edad y aunque esta salida no sea entretenida, no la podemos omitir. Te dejamos algunos consejos para que pierdas tus miedos y dejes de jugar a las escondidas con tu salud.
La PAP no duele
No sabemos qué hayas escuchado de amigas o familiares, pero lo cierto que es que si estás relajada, no tienes por qué sentir ninguna molestia cuando te hagan la Prueba de Papanicolau (PAP). La mayoría de los ginecólogos usa espéculos descartables de plástico, con los que ingresa apenas en tu abertura vaginal para extraer una muestra de tus secreciones, que después manda a analizar.
Además, todo el trámite no demora más de 5 minutos. Y si aún te preocupa tener que abrir las piernas ante el médico, piénsalo de esta manera: tu vagina seguramente es la número 100 que ve en la semana.
Elige un ginecólogo con el que sientas confianza
Si te cuesta ir al ginecólogo porque no te sientes muy cómoda con el que te dieron cita, es simple: busca la cartilla de tu cobertura médica y elige otro. Muchas mujeres prefieren ser atendidas por una ginecóloga, sobre todo cuando son jóvenes. Charla el tema con una amiga que quizá pueda recomendarte a alguien de confianza. Es importantísimo que te sientas bien con el médico, para que no tengas miedo de preguntarle tus dudas.
Asesórate para los métodos anticonceptivos
Más de la mitad de las mujeres que toman pastillas anticonceptivas las compran en la farmacia, sin receta, por recomendación de una amiga. Las pastillas anticonceptivastienen un 99.9 % de efectividad… solo si se usan bien y son prescritas con base en tu historia clínica. Por eso, que tu ginecólogo te sugiera el método más adecuado.
Fuente: iMujer