El problema de la flacidez en los brazos es algo que, lamentablemente, nos acecha si hemos superado los 30 años. Esto se produce por dos cuestiones puntuales: acumulación de grasa subcutánea y también el deterioro de la piel
Y es que esas ‘’alas de murciélago’’ o el efecto péndulo del brazo delatan la pérdida de firmeza, que se manifiesta en primer término junto a la axila y evoluciona a toda la zona. La predisposición genética, las oscilaciones bruscas de peso, la constitución de la silueta y el envejecimiento, es un problema estructural que acaba afectando a la piel. Es ahí cuando la llamada prueba del salero por el movimiento delata la edad.
Por eso, vamos a ayudarte con un plan de acción para que, con la llegada del buen tiempo, puedas presumir de brazos ¡sin miedo!
Toma nota estos tips que sabemos que te ayudaran.
Alimentación sana: El denominador común en cualquier intento de mejorar el aspecto de nuestro cuerpo es una dieta equilibrada y un plan para eliminar esos kilos de más, evitando siempre los cambios bruscos de peso. Además, es bueno nutrir la piel con aminoácidos: están presentes en las proteínas (carnes, pescados, aves, legumbres, lácteos, huevos) y son los “ladrillos” sobre los que se fabrican las fibras de la dermis.
En forma: La piel de la zona de los brazos es también muy delicada, para cuidarla y evitar que se caiga, se recomienda ir al gimnasio para fortalecer esa zona, durante 365 días al año. Sin duda, los deportes como natación y voleibol, nos ayudarán a ejercitar la musculatura de esas extremidades, mermando notablemente la flacidez”.
A continuación te damos algunos ejercicios que te ayudaran a tener unos brazos perfectos
Flexiones invertidas: Coloca dos sillas respaldadas en la pared separándolas 60 cm. Siéntate entre las sillas (en el aire), apoyando cada mano en el borde de los asientos con los dedos hacia delante. Con las piernas al frente semiflexionadas y apoyando sólo los talones, baja y sube el torso perpendicular al suelo sin levantar las caderas.
Flexión de brazos: Inclina el cuerpo a 90º de manera que la espalda quede paralela al suelo. Levanta los codos más arriba que la espalda con los puños bajo los hombros. Extiende los brazos hacia atrás, sin bajar los codos, y llevando los puños bien arriba. En esa posición contrae fuerte los músculos posteriores de los brazos. Luego baja sólo los antebrazos y repite.
Ejercicio del “esquiador”: Colócate en plano inclinado a 45º entre dos sillas que tengan los respaldos colocados contra la pared. Apoya las palmas de las manos en los asientos manteniendo el cuerpo recto y los brazos extendidos. Flexiona los brazos llevando los codos hacia atrás (no hacia los lados) y desciende todo lo que puedas pero sin levantar las caderas.
Por Diana García