¿Quieres ponerte en forma? ¿Estás buscando hacer algún ejercicio que no suponga un gasto en un gimnasio? Entonces, lo mejor que puedes hacer es correr. Sin embargo, no todo es tan fácil como parece, y puede ser necesario conocer algunos tips para empezar a correr.
Cómo empezar a correr
Lo importante es comenzar lento, especialmente si antes llevábamos una vida sedentaria. Es importante empezar con tres días a la semana que no sean consecutivos y comenzar y terminar la sesión con unos cinco a diez minutos de caminata.
Al principio, no haremos todo el tiempo corriendo, sino que tenemos que ir subiendo gradualmente hasta conseguir al menos 30 minutos seguidos. Allí podemos añadir más distancia.
Luego de completar las seis semanas de entrenamiento, podemos añadir ráfagas de velocidad, que son períodos cortos -15 a 20 segundos- en que forzamos nuestro cuerpo al máximo de velocidad, y luego vamos bajando la velocidad gradualmente.
Para evitar lesiones, podemos complementar el ejercicio con dos sesiones de fuerza de veinte minutos a la semana. También es importante que estiremos antes y después de comenzar con el ejercicio.
Si sentimos dolor, es porque la carrera es demasiado rápida o demasiado larga, por lo que debemos disminuir algo antes de seguir. Igualmente, algo de dolor sentiremos, por lo que es importante no dejarnos caer. Podemos tomar antiinflamatorios, poner hielo o hacer un descanso de un par de días si creemos que no podemos continuar.
Es importante mantener una buena postura para ahorrarnos dolores: debemos tener la espalda derecha, los hombros relajados, la cabeza en alto, los brazos se deben balancear, cadera recta y pasos cortos.
Kit básico para empezar a correr
Antes de empezar a correr, es imprescindible que consigamos un buen par de zapatillas para evitar problemas como los dolores de rodilla o la tendinitis de Aquiles. Ten en cuenta que la mayoría de las zapatillas están diseñadas según el cuerpo del hombre, pero lo cierto es que nuestro cuerpo no es igual que el de ellos.
Notarás que tus zapatillas se gastan más en los bordes exteriores: esto se debe a que nuestro ancho de cadera es mayor, por lo que el pie pisa de forma diferente.
Además, las mujeres pesan menos que los hombres -en general-, lo que podría hacer que la almohadilla que protege del golpe en el suelo no funcione adecuadamente.
También es importante conseguir un sujetador deportivo que ajuste bien el pecho en su lugar para evitar que se muevan demasiado.
Correr en el embarazo
Las mujeres embarazadas pueden correr. Sin embargo, deben tener una serie de precauciones.
Durante el primer mes es conveniente salir a correr por la mañana y al aire libre, ya que nos ayudará a reducir las náuseas. Es importante en el momento en que el embarazo esté más adelantado, reducir el tiempo de trote y buscar otras actividades en las que nos sintamos menos doloridas.
Fuente: imujer