Echar sal y pimienta a las relaciones íntimas suele ser divertido y excitante, pero los juegos eróticos también tienen un pequeño lado imprevisto, pudiéndonos hacer sentir incómodos en determinadas situaciones. Sin embargo, nada hemos de temer en realidad si queremos disfrutar plenamente de estos momentos únicos en pareja.
Disparar el deseo es más fácil mediante los juegos eróticos, como sabemos. Pero lo cierto es que hay que estar por la labor, es decir, mantener la mente abierta y desterrar la timidez. ¿Pero, cómo hacerlo? En este post te damos algunas claves para conseguirlo de forma natural.
En primer lugar, si te ves con problemas de timidez, estudia tus encantos y orienta los juegos hacia esos puntos fuertes, llevando tú la voz cantante si temes que la situación te sobrepase. Explica a tu pareja en qué consistirá el juego y hasta dónde quieres llegar, si tu miedo es importante o, en todo caso, no temas hablar, comunicarte en esos momentos mágicos, puedes hacerlo suavemente, con una voz suave, sensual o como más cómoda te sientas.
Saber decir no
La autenticidad es fundamental. Si haces lo que realmente sientes, no tendrás problemas para disfrutar al máximo. Eso sí, un truco es empezar con pequeños juegos hasta que vayas tomando confianza suficiente para ir soltándote el pelo.
Por lo tanto, nunca hagas algo que no te apetezca, y aprende a decir no en el momento que sea, sin sentirte presionado para iniciar algo ni tampoco para seguir. Puedes probar algo y echarte atrás si te resulta desagradable, esto es algo que siempre debes tener claro. A cambio, ten pensados planes alternativos para que la acción no decaiga…
Si la situación te parece incontrolable y empiezas a agobiarte, emplea el sentido del humor, nunca falla. Y, por supuesto, haz del humor tu aliado para iniciar juegos eróticos. Ser juguetón y gracioso (sin pasarse) puede añadir un plus al juego, así todo te parecerá menos dramático.
No te pares a pensar cada cosa que hagas durante un juego erótico. Recueda que el fin último de este tipo de coqueteos o de prácticas simplemente es pasarlo bien mientras sube la temperatura de la relación. Ya sabes, confía en ti mismo y verás cómo todo sale genial para el disfrute de los dos.
Fuente: Sexólogos