Desde hace seis meses el bono de alimentación que reciben los trabajadores subió por el aumento de la unidad tributaria. En febrero se acordó que los empleados que ganan menos de 3 salarios mínimos deben recibir por día trabajado entre 75 y 112,5 bolívares (0,50 y 0,75 de la unidad tributaria), pero la aceleración de la inflación en estos meses ha hecho que los tickets cada vez alcancen para menos.
El monto más alto, 112,5 bolívares por día, es un tercio de lo que cuesta un almuerzo en la calle, que en junio promedió 396,55 bolívares, según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros.
Pero desde julio hasta ahora el precio de los almuerzos se ha incrementado, los más completos (que incluyen seco, sopa y jugo) pasan de 500 bolívares. En ese caso se necesitan más de 4 tickets de alimentación para poder comprarlo.
“A mí solo me pagan 75 bolívares por día y el cachito más barato me sale en 80 bolívares. El bono no te alcanza para nada. Ni siquiera un desayuno decente en la calle puedes cubrir”, afirmó María José Rodríguez, secretaria en una empresa en Plaza Venezuela.
Una comida que un trabajador sí puede adquirir con 112,5 bolívares es un perrocaliente, que en un puesto de comida rápida se encuentra desde 90 bolívares, si le agrega una bebida ya excede el monto. También puede comprar una empanada, que se consigue entre 55 y 90 bolívares.
Los trabajadores que emplean los tickets para cubrir los gastos del supermercado ven como el dinero se convierte en pequeñas bolsas al salir de los comercios. A pesar de que hay alimentos de la cesta básica controlados, en establecimientos informales e incluso formales se venden por encima de lo que marcan.
El bono de alimentación al mes llega a 1.652 bolívares –para los que devengan 75 bolívares por día– y 2.475 bolívares para los que ganan 112,5 bolívares diarios, pero un kilo de carne roja, regulado por la Superintendencia de Precios Justos en 250 bolívares, se vende hasta en 1.300 bolívares en carnicerías de Caracas.
“Cobras 2.400 bolívares y un kilo de carne en la calle te cuesta más de 1.000 bolívares. El bono es muy poco. Y si vas a comprar charcutería peor. Un kilo de queso uruguayo te sale en 2.300 bolívares, que es toda mi tarjeta. Pagas con el sueldo y a veces hasta te toca usar la tarjeta de crédito”, dijo Rosa Leal, administradora en una empresa en Los Ruices.
Para menos:
De diciembre de 2014 hasta julio de este año el poder de compra del bono de alimentación ha descendido 40%, según Econométrica. “Cayó y va a continuar así por la inflación. En 2008 con los tickets se podía comprar hasta cuatro veces más que lo que compras ahora”, recordó Henkel García, analista financiero y socio de la firma.
Aunque el Banco Central de Venezuela no ha publicado el índice nacional de precios al consumidor este año, números de Econométrica indican que la variación de precios entre julio de 2014 e igual mes de este año fue de 150%. Proyectan que al cierre de este año la inflación será de 200%.
Especialistas han advertido que mientras el BCV continúe con la práctica de imprimir dinero sin respaldo en reservas, se mantenga un control con múltiples tasas de cambio y no se reactive la producción nacional la aceleración en los precios seguirá.
CIFRA
95 bolívares cuesta un café en una panadería en Los Cortijos, el ticket más bajo no alcanza para comprarlo.
MARÍA FERNANDA SOJO/ mfsojo
El Nacional