El peregrinaje de la escasez no solo pinta colas infinitas a pie y bajo el sol, sino también bajo el techo de unas cuatro ruedas. Las promesas del Ejecutivo nacional para la reactivación económica del sector automotor no ha podido mitigar el déficit de autopartes y repuestos en el oriente del país, tal y como se evidencia en la caravana de vehículos que a diario hacen cola con la esperanza de comprar una batería.
La infructuosa procesión de Kenny Martínez, por ejemplo, ha ido desde el municipio Angostura, pasando por Ciudad Bolívar y El Tigre antes de llegar a Ciudad Guayana, donde finalmente pudo conseguir un expendio del producto en las tiendas Duncan de Puerto Ordaz. Eso sí: no basta con hacer la cola desde la madrugada. A veces hay que hacerla desde el día anterior. La escena de la carestía se repite en todos los establecimientos de la ciudad, incluso en la tienda Fulgor, que espera mercancía para el mes de marzo.
Pero la evidente escasez sigue siendo invisible a los ojos del gobierno, que por una parte culpa a las cadenas de distribución de la “vorágine especulativa”, y por otro entabla reuniones con el empresariado del sector para prometer “toda la materia prima que necesiten, a precio justo”.
Kenny Martínez vive en el municipio Angostura del estado Bolívar. Ni allá, ni en Ciudad Bolívar ha logrado conseguir una batería para su vehículo, búsqueda que se ha extendido por dos meses y lo ha llevado a otras ciudades como El Tigre, sin éxito.
“Me llegó la recomendación de un amigo, que aquí en Caroní sí se consiguen y por eso me vine a las 3:00 de la mañana” a formar parte de la cola de la Duncan de la avenida Paseo Caroní, en Puerto Ordaz. Llegar a esta hora le aseguró el puesto número 80 de la fila, que este martes solo admitió 84 lugares. El último carro portaba un cartel que lo identificaba como tal, avisando a los consumidores que ése es el final de la cola.