Retomar la tesis de la conspiración resultaría conveniente para el Gobierno en dos aspectos: Tratar de deslegitimar la protesta y desviar la atención de los problemas reales del país, señalan analistas que dudan de la efectividad de este guion, ya que en apenas un año de gobierno de Nicolás Maduro ha sido utilizado en al menos una docena de oportunidades.
El internacionalista Arnoldo Vélez califica como una “pantomima reiterada” la hipótesis de la conspiración que, según recuerda, repite como presuntos actores al expresidente colombiano Álvaro Uribe y a sectores relacionados con Estados Unidos, bien sea el propio Gobierno, dirigentes de la oposición venezolana radicados en ese país y hasta canales de televisión, específicamente CNN. Sostiene que estas acusaciones reiteradas no han tenido impacto en las relaciones con los países involucrados ya que se trataría solo de una “puesta en escena” con fines mediáticos.
“Estas declaraciones no pasan de ser una pantomima reiterada que, en este caso, forman parte de una estrategia del Gobierno para tratar de deslegitimar la protesta y criminalizarla, argumentando que obedece a un plan desestabilizador financiado desde el exterior”.
Vélez asegura que las acusaciones de conspiración forman parte de un guion de todos los regímenes dictatoriales, y Cuba ha sido pionero en denunciar conspiraciones para buscar chivos expiatorios. Venezuela no podía quedarse atrás. Recuerda que no se trata de algo nuevo, pues durante el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez también se abusó del recurso.
“Estados Unidos y Colombia han aparecido siempre en estas teorías conspirativas. El chivo expiatorio favorito de estos gobiernos ha sido Estados Unidos, porque cualquiera que acusa a Estados Unidos de algo parece ganar simpatía y; en el caso de Colombia, las acusaciones se han enfocado directamente al expresidente Álvaro Uribe y todo lo que ha significado el uribismo, ya que Juan Manuel Santos ha optado por el silencio a cambio de los intereses comerciales”.
Elementos “magnificados”
Para el periodista y analista político Manuel Felipe Sierra, la denuncia hecha por Miguel Rodríguez Torres, ministro de Interior, Justicia y Paz, sobre el supuesto plan de conspiración puede tener elementos ciertos, pero son “magnificados”, quizás con la finalidad de convencer a la opinión pública de que las protestas no son espontáneas sino que forman parte de un plan deliberado contra el Gobierno.
“Se trata de convencer de que todo forma parte de un plan desestabilizador y claro está que en cualquier protesta puede haber factores que aprovechan para buscar objetivos distintos a la razón de la protesta”.
Dado el hecho de que la tesis de la conspiración ha sido reiterada, Manuel Felipe Sierra advierte que si no se establecen responsabilidades no pasará de ser una vez más un hecho mediático. Considera que no hay muchos elementos nuevos y que el ministro de Interior, Justicia y Paz lo que hizo en su más reciente denuncia fue “refrescar” las acusaciones e incorporar algunas evidencias nuevas.
Las conspiraciones
La primera de estas teorías conspirativas, que fue denunciada por Maduro, tiene que ver con la supuesta “inoculación” del cáncer a Chávez; luego, advirtió que dicha fórmula se repetiría con él. Previo a las elecciones del 14 de abril acusó a Estados Unidos de estar detrás de un plan para asesinar a su contendor Henrique Capriles para luego culpar al Gobierno, pero a los pocos días dio un vuelco a la denuncia al asegurar que el blanco era él, esta vez ya no del imperio norteamericano sino de “mercenarios salvadoreños”. La cadena CNN no se salvó, pues no tardó en involucrarla en un “plan golpista” junto con la oposición venezolana, específicamente el partido Primero Justicia.
Luego de la polémica por el recibimiento del presidente Juan Manuel Santos a Henrique Capriles se dio la captura de los paramilitares que atentarían contra su vida y finalmente se ha promocionado la hipótesis de la compra de 18 aviones de guerra por parte de la oposición para operarlos desde las bases norteamericanas en el vecino país. Entre septiembre y noviembre el jefe de Estado habló de un “golpe eléctrico” y luego de un “golpe económico”. Durante las protestas que se iniciaron el 12 de febrero fue acusada nuevamente la cadena CNN de estar detrás de la supuesta desestabilización.
Diario La Verdad