En una oficina de policía de Brasil, un oficial interroga a un hombre joven sentado al costado de su escritorio, que viste una camisa roja y está esposado.
«23», lanza el investigador, con su camisa blanca arremangada.
Hay un instante de silencio. El de la camisa roja lleva ambas manos a su cara como recordando. Finalmente menciona un barrio de la ciudad brasileña de Goiânia denominado Setor Bueno.
«¿Recuerdas el nombre de la chica?», pregunta el policía.
«No», responde el detenido, que ahora choca una y otra vez los dedos de su mano izquierda con la derecha, sobre su falda.
«¿Cómo fue?», interroga el oficial. «¿Ella estaba acompañada o sola? ¿Fue de día o de noche?»
«Noche».
El policía mantiene la calma y va más al grano.
Nunca había oído a una persona con semejante frialdad
Alexandre Bruno Barros, comisario de la Policía Civil del estado de Goiás.
«¿Esa joven fue muerta con un tiro en la cabeza o en el pecho?»
«Pecho».
El de la camisa roja es Tiago Henrique Gomes da Rocha, un guardia de seguridad que según la policía brasileña se convirtió en un asesino en serie y confiesa haber matado de 39 personas desde 2011.
En ese pasaje del interrogatorio, grabado en un video que los investigadores divulgaron este viernes, hablaban de la víctima número 23.
El caso ha generado conmoción en un país como Brasil, acostumbrado a episodios de violencia y crímenes, pero difícilmente de esta magnitud. Incluso los detectives de homicidios están asombrados.
«Nunca había escuchado de un caso como este», comenta Alexandre Bruno Barros, comisario de la Policía Civil del estado de Goiás que participa en la investigación.
«Nunca había oído a una persona con semejante frialdad», agrega en diálogo con BBC Mundo.
¿Sin patrón?
Rocha, de 26 años, fue detenido el martes tras una investigación que movilizó a unos 120 efectivos policiales de diferentes zonas de Goiás, en el centro del país.
Algunos objetos encontrados por la policía en la casa del sospechoso.
El abogado de la defensa, Thiago Húascar, argumentó inicialmente que su cliente fue intimidado por la policía para confesar. Pero este viernes admitió en la red Globo que el examen balístico del arma de Rocha «comprueba que él fue el autor».
«Es enfermo mental» y «tiene que ser tratado», sostuvo.
El comisario Barros aseguró que en función de las pruebas recabadas y la confesión de Rocha «no hay dudas de que él mató a los 39». Y agregó que intentan determinar si fue responsable de otros dos homicidios que él niega.
Sin embargo, indicó que Rocha carecía de vínculo alguno con las víctimas y aún intentan establecer si existía un denominador común entre ellas.
«Lo que llama la atención es eso. Porque en la historia de serial killers (asesinos en serie) existe un patrón. De él todavía no está definido ese patrón», admitió el investigador.
«Comenzó matando a homosexuales, después pasó a indigentes y por último a mujeres», agregó.
«Mucha rabia»
La serie de asesinatos de mujeres que este año tuvo en vilo a Goiânia comenzó en enero: una joven de 14 años sentada en el banco de una plaza recibió un tiro en el pecho de un hombre que pasaba en moto y huyó.
El último de los casos, según los investigadores, ocurrió el 2 de agosto: la víctima también tenía 14 años y aguardaba en una parada de autobús cuando un individuo en moto le disparó dos veces en el pecho.
La mayoría de ellas tenía pelo largo y eran jóvenes: entre 13 y 29 años. Pero sus rasgos físicos variaban y todo indica que eran elegidas al azar.
Diversas pistas condujeron al arresto del sospechoso.
«Lo que nos dijo es que salía a la calle con voluntad de matar: no importaba si era mujer u hombre», señaló Barros.
«Dice que sentía rabia. Mucha rabia. Y que para que pudiera pasarle esa rabia tenía que matar. En seguida sentía angustia y arrepentimiento. Y volvía a matar», añadió.
Pistas y arresto
Además de los homicidios, Rocha es sospechoso de haber cometido decenas de robos a comercios como farmacias y panaderías.
Los investigadores analizaron videos de algunos de esos robos y concluyeron que el perfil del ladrón coincidía con el del hombre en moto filmado en algunas escenas de homicidios.
También se identificó el vehículo y placas de otras motos que había robado para usar a la hora de cometer crímenes.
Con esas pistas se montaron controles policiales disimulados en las calles de Goiânia, hasta que una de ellas detuvo a Rocha en una avenida de la ciudad.
Cuando el sospechoso fue presentado públicamente por la policía el jueves, algunos familiares de las víctimas le gritaron «asesino» en medio de escenas de nerviosismo y conmoción.
El mismo jueves se reportó una aparente tentativa de suicidio de parte de Rocha, que se provocó un corte con el vidrio de una lámpara de luz. Pero su abogado descartó que haya querido matarse realmente y sostuvo que fue una lesión «superficial».
Barros indicó que el detenido seguía respondiendo a las preguntas de los investigadores avanzada la tarde de este viernes.
«Lo están interrogando caso por caso», indicó. «Ya llegaron a casi 60%».
Fuente: BBC