El periodismo internacional y en particular el europeo, que no conocía bien al personaje, ha expresado «sorpresa» ante el nombramiento de Gerardo «Tata» Martino como nuevo entrenador del FC Barcelona, en reemplazo de Tito Vilanova, que debió renunciar por una recaída de su cáncer.
Los medios catalanes, que supuestamente debían tener acceso a las fuentes más íntimas del club, dieron como gran favorito a Luis Enrique, exjugador y luego entrenador del Barça B, del AS Roma y actualmente del Celta de Vigo. De estas fuentes abrevaron casi todos los medios internacionales.
Curiosamente, los dos diarios deportivos de Madrid, AS y Marca, apostaron por Martino como el candidato preferido por los dirigentes. (En BBC Mundo informamos el sábado de que Martino y Marcelo Bielsa, en ese orden, figuraban entre los principales candidatos.)
Estas divergencias de información, en el ámbito futbolístico, suelen reflejar diferentes campañas internas antes que la credibilidad de las fuentes consultadas.
Entre las razones de la «sorpresa», que normalmente enmascara una crítica, sobresalía «su falta de experiencia en Europa», ya que su trayectoria en Argentina y Paraguay era de sobra conocida.
Los críticos pasan por alto el hecho de que Martino es un especialista en el sistema de juego más moderno y exitoso en el plano internacional, y que hace tres años, en el mundial de Sudáfrica, su Paraguay estuvo a punto de eliminar a España en cuartos de final.
También se deja de lado la característica que distingue a Martino de su maestro Bielsa: la flexibilidad, el pragmatismo para ajustar sus esquemas a los hombres de los que dispone.
En realidad, el técnico argentino era una elección lógica y natural para mantener encarrilados diversos factores que hacen al éxito y estabilidad del Barça como equipo de fútbol.
Martino reemplazará Tito Vilanova que renunció al cargo por una recaída de su cáncer.
En primer lugar, casi todos los comentaristas especializados en la táctica del juego señalan que el ex DT de Newell’s Old Boys es un devoto del fútbol tal como lo interpreta Pep Guardiola con tanta brillantez, enfoque que a su vez debe mucho a la herencia holandesa del club catalán y a las enseñanzas de Marcelo Bielsa, tutor de Martino y uno de los consejeros originales de Guardiola.
Los dirigentes catalanes también habrían tenido en cuenta que el equipo está en una encrucijada, con el comienzo de la temporada ad portas, sin tiempo disponible para apostar por un técnico joven y con poca experiencia: Luis Enrique sólo dirigió un año al Roma, arreglándoselas para romper con Francesco Totti, justamente el jugador cuyo apoyo necesitaba para consolidar su liderazgo.
La sospecha de que Luis Enrique, un hombre bastante quisquilloso, pudiera manejar mal las relaciones con Lionel Messi o Neymar, o entre ambos, habrá llamado la atención del presidente Sandro Rosell.
En un momento particularmente delicado para Messi, de quien cabe suponer que recela de Neymar y que enfrenta un juicio por defraudación al fisco, del que el club se lava las manos, lo más natural para los dirigentes sería tranquilizarlo con la contratación de un técnico amistoso, el ídolo de su padre, un compatriota dispuesto a protegerlo de la doble amenaza de un brasileño impetuoso y de un influyente grupo de catalanes, supuestamente fastidiados ante la hegemonía del rosarino.
Este factor, que muchos comentaristas han inflado hasta convertirlo en virtualmente la única consideración, fue reflejado en nuestro informe del sábado: «En Barcelona es sabido que una de las prioridades de los dirigentes es complacer a Messi, a quien consideran un factor crucial del éxito».
Pero los dirigentes están más preocupados en proteger su propio pellejo, de modo que no habrían apostado por Martino si no creyeran que el DT argentino les daría un buen retorno.
Martino, un «bielsista no radical»
¿Cómo es Martino? En Argentina se ha hecho un lugar común decir que «es como Bielsa sin tanta locura», con lo cual quieren decir que es más pragmático, capaz de ajustar sus planes a los jugadores disponibles y también a las expectativas del ámbito en que está actuando.
Newell’s Old Boys, el club de toda la vida de Martino.
Axel Torres, un comentarista catalán que sigue de cerca el fútbol internacional, escribió en Marcador Int que el Tata es un «bielsista no radical», con lo cual quiere decir que es más amplio y flexible que su maestro, capaz de inventar nuevas soluciones a viejos y nuevos problemas.
Durante su paso por Paraguay, Martino adaptó sus planes a la carencia relativa de mediocampistas de gran capacidad técnica y creativa: para manejar los partidos, su equipo apelaba a otros recursos.
Diego Latorre, un exfutbolista argentino de buen nivel técnico y actualmente periodista, escribe hoy en El País que en Paraguay jugaba «con dos centrocampistas de manejo discutible, sin extremos y con dos nueves de área. Jugaba mucho al pelotazo, mucho a pasar las líneas por arriba, sin conexiones, y en muchos momentos perdiendo protagonismo. El técnico se adaptó a la cultura y a la idiosincrasia del jugador paraguayo y relegó creencias que hoy se afirman como muy suyas».
Todos coinciden en que Martino cambió radicalmente su enfoque en Newell’s Old Boys, su club de toda la vida, el de Bielsa, el de Messi, al que regresó tras su paso por Paraguay.
Jonathan Wilson, un analista británico muy respetado por sus análisis de la evolución táctica del juego, escribió el domingo en The Guardian que el cambio se vio venir cuando el técnico dijo a La Nación que el fútbol argentino tenía características «histéricas» y «sucias», lamentando que el resultado se hubiera convertido en la única consideración de los técnicos y los clubes.
Marcelo Bielsa
En Argentina se ha hecho un lugar común decir que «es como Bielsa sin tanta locura»
Su Newell’s se convirtió poco a poco en un equipo de juego atildado, de combinaciones, que puso nuevamente una sonrisa en una tribuna que estaba perdiendo la costumbre del buen juego.
Dice Latorre: «Newell’s generó muchísimas variantes para salir jugando; hasta siete o 10 posibilidades. Recordaba a los equipos de Guardiola, o de Lavolpe. Salía con el dos, abría los centrales, y ponía el cinco atrás, hacía superioridades numéricas en el centro de la cancha, adelantaba a los laterales, cambiaba de frente… Newell’s adquirió los rasgos propios de un equipo trabajado para tener la pelota. Volvió a las raíces. Y, lo más difícil en el vertiginoso fútbol argentino: jugó con una personalidad reconocible».
A la luz de todo esto, Martino, de 50 años, con una extensa trayectoria en clubes argentinos y paraguayos y el seleccionado guaraní, parece el hombre adecuado para dirigir un equipo que necesita una mano experimentada, tras varios meses de desorden orgánico y táctico, como consecuencia de la enfermedad de Tito Vilanova, que sus ayudantes no pudieron corregir.
Fuente: Bbcmundo