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Tanto cinismo espanta

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Tanto cinismo espanta



 Por estas fechas el hemisferio norte suele celebrar una fiesta pagana que originalmente se llamaba All Hollows Eve y que derivó en Halloween. La noche de todas las ánimas, una cosa oscura y tenebrosa, y por eso hay quienes gustan de disfrazarse de fantasma, bruja, esqueleto y hasta del diablo. Pues desde estas latitudes tenemos un personaje que espanta, pero por su cinismo y más en tiempos de tragedias nacionales.

 

 

El lunes se conmemoró una vez más el Día Internacional de la Lucha contra la Pobreza y Nicolás Maduro, como si fuera un verdadero candidato de oposición, aseguró que se encargará de erradicarla por completo en Venezuela. Sí, está en campaña y tiene la ocurrencia de escribir en Twitter: “En Revolución, acabar con la pobreza ha sido una prioridad para el Estado. En medio de la embestida del imperialismo, seguimos atendiendo al pueblo, y nuestra meta es erradicar, por completo, la miseria, para construir una sociedad de iguales. ¡Lo vamos a lograr!”.

 

 

Primero, hay que hacer una observación importante: la pobreza, la miseria que existe en el país es producto de 20 años de chavismo, tan sencillo como eso. Segundo, vale hacer la pregunta, ¿de cuál pobreza habla? Porque el Instituto Nacional de Estadística (bajo la influencia chavista) afirma que los “pobres de necesidades básicas” en 2019 eran 17% de la población, y la pobreza extrema era de 4%. Pero cifras académicas de 2021, independientes, serias, a partir de estudios sistemáticos hechos por profesores de la Universidad Católica Andrés Bello afirman (sin lugar a dudas) que 9 de cada 10 venezolanos está en pobreza. 94,4% está bajo el umbral de pobreza y 76% en miseria. ¿Cuándo se va a ocupar de eso? ¿Prefiere las cifras manipuladas del INE o su disposición a trabajar lleva consigo un reconocimiento tácito de lo mal que lo ha hecho?

 

 

¿Qué le dice Maduro a la venezolana que tiene que parir bajo una cascada de agua en la Maternidad Concepción Palacios? El estado de este centro asistencial no se le puede achacar al “gobierno anterior” ni llegó a deteriorarse hasta ese punto solo por las lluvias del lunes. ¿Qué le dijo Maduro, con su chaqueta de campaña, bien protegido con botas de hule, a los vecinos de Las Tejerías? Que ellos sabían días antes que las tierras de la zona estaban saturadas de agua, pero no desalojaron a nadie ni hicieron nada ¿eso no se llama cinismo? Perdón, la verdad es que no, se llama maldad.

 

 

Ya el venezolano perdió la capacidad de asombro ante la corrupción y la destrucción, pero cansa, esa es la palabra, cansa ver al “superhéroe” del PSUV caminar entre los escombros como un recién llegado que no tiene responsabilidad alguna de las desgracias del pueblo. Valga la ocasión para recordar que toda película de terror tiene su fin.

 

 

Editorial de El Nacional

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