Ryan Gosling es protagonista de uno de los estrenos más esperados, La La Land, cinta ganadora de ocho Critics Choice Awards y siete Globos de Oro que llega el viernes a la cartelera nacional. Su director, Damien Chazelle, de 31 años de edad, se volvió una sensación de la noche a la mañana cuando su segunda producción,Whiplash, fue nominada en 2015 a cinco premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, incluidos Mejor Película y Mejor Guion Adaptado.
El intérprete del pianista Sebastian en La La Land, que está postulado al premio del Sindicato de Actores por este papel, asegura que decidió aceptar el proyecto porque lo vio como una oportunidad única en la vida. “Es un musical original, creado específicamente para los cines. Era una oportunidad para trabajar con Emma Stone y también con Damien Chazelle, que está en un momento fantástico de su carrera”.
—¿En lo personal, es fanático de los musicales?
—Soy más bien fanático de las cintas a las que este proyecto hace referencia. Pero nunca imaginé que fuera a tener la oportunidad de hacer uno. Solo pensé que era muy ambicioso por parte de Chazelle querer hacer un musical original. Como actor, él es el tipo de persona con el que quieres estar en un equipo. Deseas dar lo máximo a un director que es capaz de apostarlo todo.
—¿Cuál fue el reto más grande al hacer la película?
—El personaje es un pianista brillante y yo no (risas). Sabía al ver Whiplash que era importante para Damien, que es músico, que las interpretaciones se sintieran auténticas. También la forma en que él quería grabar, de corrido, en tomas largas y con pocos cortes. No había forma de esconder nada. Tenía que aprender cómo tocar esas canciones y estar dispuesto a hacer esas rutinas de baile desde el comienzo hasta el final sin cometer errores muy graves.
—¿Cómo fue su experiencia con las coreografías?
—La forma como Damien las estructuró… Por ejemplo, hay una gran coreografía que empieza con una escena en la que aparecemos Emma y yo que se convierte en una canción, y luego en una pieza completa de baile. Y todo eso pasa mientras el sol está cayendo. Lo practicamos por tres meses. Es una toma de seis minutos sin cortes.
—Después de todo el trabajo duro, ¿todavía tiene el espíritu musical?
—Todavía toco las canciones del filme (risas). Creo que esta es una película muy especial, muy ambiciosa. Celebra el cine y su producción, hace un homenaje a las cintas que existieron antes, pero a la vez trata de llevar las cosas un paso más adelante.
GDA
