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Tabaré Vázquez, el presidente uruguayo más austero

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Tabaré Vázquez, el presidente uruguayo más austero

El mundo destaca la austeridad personal de José Mujica pero a la hora de evaluar la gestión fiscal, los resultados muestran que el ex presidente tuvo mejores números para la economía del país

 

El ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, es el mandatario que mejores resultados fiscales consiguió en Uruguay desde que la democracia llegó en 1985 a ese país.

 

En un informe realizado por El Observador, el médico oncólogo que gobernó Uruguay durante el período 2005-2009 ha sido el que logró contener mejor el gasto público si se toman los 5 presidentes que tuvo Uruguay en casi 30 años.

 

De todas maneras, desde 1985 hasta hoy, ningún gobierno uruguayo logró un resultado superavitario en las cuentas públicas. La única vez que Uruguay consiguió superávit fiscal fue en 1992, cuando el resultado de la recaudación fue positivo en un 0,5% del PIB, cuando era presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1994).

 

Durante la gestión de Tabaré Vázquez, el déficit fiscal de su gestión terminó en el 0,8% del PIB, con muy buenos resultados durante sus primeros tres años en los que el déficit fue menor al 0,5% del Producto. La crisis internacional golpeó las cuentas uruguayas en 2008 y 2009, donde se puede ver el incrementó el déficit.

 

El presidente Jose Mujica, reconocido internacionalmente por su desapego a los lujos del poder y porque decidió seguir viviendo en su modesta casa, no es tan eficiente en el manejo público, ya que el tras dos años relativamente favorables con déficit en torno al 1% del PIB, los resultados de 2012 alcanzaron un déficit del 2,7% del Producto, y las perspectivas de este año y 2014 también son negativas.

 

Un caso interesante que se refleja en la infografía publicada por el prestigioso diario uruguayo es el de Julio María Sanguinetti, que fue presidente en dos periodos. Durante su primera gestión, de 1985 a 1989, tuvo el peor resultado fiscal de la joven democracia. Debe destacarse que el país salía de una larga dictadura militar, una situación muy similar a la de su vecino, Argentina, que en ese periodo vivió la peor hiperinflación de su historia. Por eso, los resultados fiscales de ese periodo son los peores.

Muy diferente fue la segunda gestión de Sanguninetti, que entre 1995 y 1999 logró que los resultados fiscales fueran mejores y el déficit estuviera en el 1,7% del PIB.

 

Ningún gobierno uruguayo ha logrado el ansiado equilibrio fiscal, lo que se traduce en un paulatino aumento de la deuda pública y una constante presión hacia la subida de impuestos que pagan los ciudadanos. Pero debe destacarse que las cuentas públicas uruguayas, aunque deficitarias, serían la envidia de muchos países desarrollados, sobre todo de la Unión Europea donde ningún país cumple la meta fiscal del Tratado de Maastricht que establece un tope de déficit del 3% del PIB. En pocas palabras, Uruguay sería un magnífico ejemplo económico en el Viejo Continente.

 

Fuente Infobae

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