Los Phoenix Suns tuvieron que luchar más de lo esperado para sumar su séptima victoria seguida al sobreponerse a unos Utah Jazz que, pese a acudir repletos de bajas, vendieron muy cara su derrota (109-115).
Chris Paul metió 15 puntos en el último cuarto y calmó a los Suns cuando apretaban los nervios para un total de 27 puntos, 9 rebotes y 14 asistencias (frente a 7 pérdidas de balón).
Por su parte, Devin Booker metió 17 puntos en el cuarto inicial para acabar el partido con 33 puntos (14 de 35 en tiros) y 7 rebotes.
Sobre el papel, el encuentro parecía un combate soberbio entre dos grandes jerarcas del Oeste.
Pero la situación en la enfermería de los Jazz, por lesión o por coronavirus, era para temblar así que hoy no jugaron ninguno de los integrantes de su quinteto titular: Mike Conley, Donovan Mitchell, Bojan Bogdanovic, Royce O’Neale y Rudy Gobert.
Pese a ello, los de Utah dieron una imagen admirable, plantaron batalla hasta el final e hicieron dudar al equipo con el mejor balance de la liga (37-9).
Jordan Clarkson (22 puntos y 5 asistencias) fue el mejor de unos corales Jazz (30-18) con siete jugadores por encima de los 10 puntos y que encestaron 14 de 31 triples.
Con 8 de sus últimos 10 partidos perdidos, los Jazz tendrán opción de revancha el miércoles ante unos Suns que visitarán Salt Lake City.
Booker a lo suyo
La noche estaba para experimentos y para dar oportunidades a jugadores poco habituales, pero Devin Booker se lo tomó como un día más en la oficina.
El escolta firmó un primer cuarto para enmarcar con 17 puntos (8 de 13 en tiros) y dio una exhibición de cómo anotar en el baloncesto actual recurriendo al lanzamiento de media distancia y las penetraciones.
Con la explosividad de Booker y la posibilidad de salir al contraataque sin obstáculos, los Suns se marcharon en el marcador ante unos Jazz que encontraron consuelo en Trent Forrest y Eric Paschall (31-21).
A Booker le llegó el momento de descansar en el segundo parcial, así que Chris Paul, exquisito en la dirección a sus 36 años, le tomó el relevo al frente de los Suns.
El base recibió además el apoyo del bravo Bismack Biyombo, que en los últimos partidos está rindiendo a un nivel fantástico para unos Suns con un gran fondo de armario (44-33 con 7.59 para el descanso).
Los de Utah echaban de menos a Rudy Gobert para cerrar el rebote, pero 5 puntos seguidos de Jordan Clarkson les permitieron mantenerse al acecho (48-40 a falta de 5.41).
No se quedaron ahí.
Los Jazz sacaron tajada de los despistes defensivos y las pérdidas de balón de unos Suns poco atentos y llegaron a remontar el encuentro con un habilidoso contraataque de Danuel House Jr. y un parcial de 4-15 en cuatro minutos.
No obstante, un triple de Cameron Johnson le dio la ventaja a los Suns al descanso (58-56) tras un preocupante final del segundo cuarto.
En una primera mitad de acierto en ambos equipos (50 % de los Suns y 52,4 % de los Jazz), los locales ganaron el rebote (28 frente a 17) pero acumularon 10 pérdidas de balón (5 de ellas de Paul).
La gallardía de Paul
Booker volvió del vestuario como se había ido y metió 9 puntos seguidos en un visto y no visto.
Sin embargo, los Jazz presumían de un ataque mucho más equilibrado, con Hassan Whiteside pidiendo paso, y empezaron a creer que la proeza era posible (67-68 con 8.24 por jugarse).
Tampoco los Suns hacían mucho por despertarles del sueño puesto que su defensa hacía aguas en la protección de la pintura y seguían desangrándose con numerosas y bobas pérdidas de balón.
Al acierto de Clarkson, Forrest y House Jr. se unió Jared Butler, que con un triple hizo que los Jazz aterrizaran en el último cuarto con ventaja y todas sus ilusiones intactas (85-87).
Entonces Paul decidió que ya era suficiente.
Con 5 puntos seguidos y una asistencia para Biyombo, el veterano base le devolvió el mando a unos Suns que, minutos antes, parecían diluirse en la ansiedad (98-95 con 7.50 para el final).
Paul siguió haciendo lo que quería en ataque, tanto anotando como distribuyendo, y a los Jazz se les empezó a atragantar el duelo (111-100 con 3.23 por jugarse).
Clarkson apeló a la épica con tres triples seguidos en el desenlace, pero la maestría de Paul no dejó margen para la hazaña.
Fuente: 2001