El multimillonario Rishi Sunak se encaminaba este lunes a convertirse en el nuevo primer ministro británico, en reemplazo de Liz Truss, y el primer mandatario surgido de una minoría étnica en el Reino Unido, después de que Boris Johnson abandonara la víspera un controvertido retorno.
Dos meses después de fracasar en su primer intento de liderar el Partido Conservador y dirigir el gobierno, Sunak, de 42 años y origen indio, podría alzarse como el único candidato con suficientes apoyos, al menos 100 diputados conservadores, cuando cierre el plazo a las 14h00 locales (13h00 GMT).
Johnson anunció el domingo por la noche que no postularía a suceder a la dimisionaria Truss –que lo había reemplazado a él mismo el 6 de septiembre– dejando solo dos aspirantes: el exministro de Finanzas Sunak y la ministra de Relaciones Parlamentarias, Penny Mordaunt.
Sin embargo, esta última, pese a presentarse como «la mejor posicionada para unificar al partido» con «respaldo de todas las alas» de la formación, solo disponía de unas decenas de apoyos horas antes del cierre de candidaturas mientras Sunak rozaba los 190, según la prensa británica.
De confirmarse, la situación podría precipitarse a partir del lunes por la tarde, con discursos de renuncia de Truss y aceptación de Sunak y sendas visitas al rey Carlos III para oficializar el nombramiento del tercer primer ministro británico en dos meses.
Johnson, de 58 años, cuya eventual candidatura dividía profundamente al Partido Conservador, aseguró el domingo que contaba con los 100 apoyos necesarios, pero prefería no presentarse.
«No sería lo correcto», afirmó. «No se puede gobernar con eficacia si no hay un partido unido en el Parlamento», agregó el controvertido exlíder, obligado por su formación a dimitir en julio a raíz de una acumulación de escándalos.
Johnson estaba de vacaciones con su familia en la República Dominicana cuando Truss anunció su renuncia el jueves, hundida por el caos financiero que causó con sus polémicas políticas fiscales al cabo de solo mes y medio en el poder. El sábado, Johnson avanzó su regreso a Londres para sondear el terreno ante un posible retorno político.
Aseguró estar «bien situado para conseguir una victoria conservadora en 2024», fecha de las próximas legislativas, y tener «muchas posibilidades de éxito en la elección con los miembros del Partido Conservador», pero afirmó desistir ante la incapacidad de unir a la formación.
Su decisión abrió la puerta para que Sunak, su ex ministro de Finanzas al que muchos acusan de haber desencadenado con su dimisión en julio la caída de Johnson, se convierta en el primer político de una minoría étnica en dirigir el Reino Unido.
Este multimillonario exbanquero, nieto de inmigrantes indios que estudió en las escuelas de la élite británica, se convertirá además en el primer jefe de gobierno de religión hindú en el momento que comienza el Diwali, importante festividad hinduista muy popular entre la comunidad india británica.
Mordaunt no abandona
Mordaunt, de 49 años, afirmó el domingo que se mantenía en su intento de convertirse en la cuarta primera ministra del país, tras la efímera Truss, y aplaudió la renuncia de Johnson: «Al tomar esta difícil decisión, puso al país por delante del partido, y al partido por delante de él mismo», tuiteó el lunes.
Si la ministra acaba obteniendo los apoyos necesarios, serán los cerca de 170.000 afiliados del Partido Conservador quienes decidan el ganador mediante una votación en línea cuyo resultado se conocerá el viernes.
Pero como la elección de Truss en septiembre ya dejó claro que estos, en su inmensa mayoría hombre blancos de más de 50 años, no votan con los mismos criterios que los diputados conservadores, estos prevén un «voto indicativo» el lunes por la tarde para mostrar sus preferencias a las bases.
Sunak, defensor de la ortodoxia presupuestaria, aparece a ojos de muchos legisladores derechistas como la persona adecuada para tranquilizar a los mercados y sacar al Reino Unido de la crisis económica y social agravada por los planes ultraliberales de Truss en un momento de fuerte inflación.
Mientras tanto, el opositor Partido Laborista, con aplastante ventaja en los sondeos, insiste en pedir la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Una opción secundada ya por una mayoría de británicos.
EU