El norte y el sur de Europa acortaron este miércoles distancias en los Alpes suizos con la inauguración del túnel ferroviario más largo del mundo (57 kilómetros) a través del macizo de San Gotardo. La nueva infraestructura reducirá el tiempo de tránsito de mercancías y viajeros por uno de los ejes de transporte más importantes de Europa. La asistencia a la ceremonia de apertura de los líderes de Alemania, Francia e Italia subrayó la importancia estratégica de la obra.
“Con este túnel unimos los pueblos y las economías” europeas, subrayó el presidente suizo, Johann Schneider-Amann, durante una ceremonia en la que Suiza se convirtió por unas horas en el punto de unión de una Europa que levanta barreras por la crisis de los refugiados y afronta este mes el referéndum de la permanencia de Reino Unido en la UE.
El nuevo túnel atraviesa el macizo de los Alpes en 20 minutos y por sus dos corredores podrán circular diariamente entre el norte y el sur 65 trenes de pasajeros y 260 de mercancías. El Gobierno helvético, que ha invertido en la obra 11.000 millones de euros y 17 años de construcción, destacó su trascendencia para Suiza —“es la obra del siglo”— al tiempo que subrayó la dimensión europea del proyecto. La nueva infraestructura es una pieza destacada del corredor ferroviario que une Rotterdam con Génova y, por tanto, del flujo de las mercancías de Francia, Alemania e Italia. En 2015 atravesaron los Alpes suizos, por carretera y la vía férrea actual (también en parte subterránea), un total de 39 millones de toneladas de mercancías, según la Administración suiza. La plena operatividad del eje ferroviario, no obstante, está pendiente de obras retrasadas en Alemania e Italia.
El nuevo túnel, un alarde de ingeniería a lo largo de 57 kilómetros con una profundidad máxima de 2.300 metros bajo la roca del San Gotardo, supera el obstáculo de las montañas con una vía de escasa pendiente, lo que permitirá el tránsito de trenes de carga más largos y a mayor velocidad (160 kilómetros por hora). Además, el viaje de Zúrich a Milán se reducirá a tres horas (una menos) cuando esté terminado otro túnel cercano al límite con Italia en 2020.
Con la apertura del San Gotardo entre Erstfeld (norte) y Bodio (sur), que estará plenamente operativo en diciembre, Suiza también logra un importante avance en su objetivo de descargar el San Gotardo del tráfico por carretera para proteger el ecosistema de sus montañas, como exige su Constitución. Cerca de 1,1 millones de camiones cruzan los Alpes suizos todos los años.
Los países más beneficiados por la obra no escatimaron elogios hacia Suiza, que no forma parte de la UE y tiene abierto con Bruselas un conflicto por su intención de restringir la inmigración. “La libre circulación de personas y de mercancías es muy importante, es una dinámica que hay que impulsar”, resaltó el presidente de Francia, François Hollande, que aprovechó para recordar a los británicos que otro túnel, el del canal de la Mancha, supuso un acercamiento de las islas con el continente. La canciller Angela Merkel destacó que la obra es un “símbolo” de integración europea y se comprometió a acelerar los tramos alemanes.
El País