Toda persona que cuida a un ser querido con Alzheimer posiblemente pueda empatizar con la señora Nancy Reagan, ex primera dama de Estados Unidos, quien se refirió a la enfermedad que afectó al expresidente Ronald Reagan como “un adiós verdaderamente largo, muy largo”.
La señora Reagan, quien falleció a la edad de 94 años, fue una incansable defensora de los enfermos de Alzheimer y de sus familiares, recuerda el Dr. Ronald Petersen, neurólogo de Mayo Clinic que conocía bien a los Reagan.
“En muchos sentidos, la señora Reagan fue la mejor cuidadora del presidente porque le brindó amor y apoyo de manera similar a como hacen muchos otros estadounidenses cuyos familiares viven con ese difícil diagnóstico”.
Algunas sugerencias prácticas pueden ayudar a que su ser querido conserve el sentido de la autosuficiencia y la dignidad.
A fin de limitar los retos que presenta la enfermedad de Alzheimer:
Programe muy bien el horario.
Establezca una rutina diaria para que los días sean más predecibles y menos confusos. Programe las tareas más difíciles, como bañarse o acudir a citas médicas, para la hora del día en la que el enfermo esté más calmado.
Adapte la rutina, según sea necesario.
Por ejemplo, si su ser querido insiste en usar las mismas prendas de vestir todos los días, considere adquirir varios atuendos iguales. Sustituya la ropa sucia con la limpia, mientras su ser querido se baña.
Tómese su tiempo.
Anticipe que las cosas llevarán más tiempo que antes. Programe más tiempo para terminar las tareas a fin de que no sea necesario apurar al ser querido.
Involucre a su ser querido.
Permítale hacer lo máximo posible, con la menor cantidad de ayuda. Por ejemplo, su ser querido tal vez sea capaz de vestirse solo si usted le deja la ropa colocada en el orden en que debe ponérsela.
Restrinja las alternativas.
Mientras menos alternativas hay, más fácil es decidir. Por ejemplo, permítale escoger entre dos atuendos, pero nunca entre todo el armario. Retire las correas y los accesorios que posiblemente no se pondrá bien.
Reduzca las distracciones.
Apague el televisor y reduzca al mínimo las distracciones a la hora de la comida y durante las conversaciones para que su ser querido pueda enfocarse mejor en la tarea que realiza en ese momento.
Prevenga caídas.
Evite las alfombras dispersas por allí, las extensiones eléctricas y cualquier desorden que pueda hacer tropezar o caer a su ser querido. Instale pasamanos o agarraderas en las zonas críticas.
Use cerraduras.
Instale cerraduras en los armarios que contengan cualquier cosa potencialmente peligrosa, como medicamentos, alcohol, pistolas, productos de limpieza tóxicos, utensilios y herramientas peligrosas.
Revise la temperatura del agua.
Baje el termostato del tanque de agua caliente para evitar quemaduras.
Tome precauciones de seguridad contra incendios.
Mantenga fuera de alcance los fósforos y los encendedores. Si su ser querido fuma, asegúrese que lo haga bajo supervisión. Mantenga a mano un extinguidor de incendios y alarmas de humo con pilas nuevas.
Atención de la persona que cuida al enfermo:
Las personas que cuidan a un enfermo de Alzheimer necesitan todo el apoyo que puedan obtener. Si usted conoce a alguien que cuida a un ser querido con la enfermedad de Alzheimer, aquí le decimos cómo ayudarle.
Sea específico al ofrecer su ayuda:
Si desea apoyar a un amigo que cuida a un ser querido, hágale una oferta concreta. Por ejemplo:
“Voy al supermercado. ¿Necesitas que te traiga algo?”
“Mañana tendré unas horas libres. ¿Podría sustituirte un rato mientras tú haces mandados o tomas un respiro?”
“Preparé el doble de la receta para compartir la comida contigo. Traje suficiente cantidad para que dure varias comidas”.
“¿Necesitas podar el césped? Tendré mucho gusto en hacerlo este fin de semana”.
Mantenerse en contacto con el cuidador:
Enviar una tarjeta o llamar a la persona que cuida al enfermo puede ser una forma valiosa de demostrar su apoyo. Los correos electrónicos y los mensajes de texto también funcionan, pero siempre es mejor una visita personal. La comunicación con el mundo exterior puede levantar el ánimo de la persona que cuida al enfermo.
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