Su premio como Jugador Más Valioso de la NBA, labrado a base de trabajo y eficiencia en la cancha confirma su condición como uno de los mejores armadores de la liga.
De su mano, los Warriors de Golden State sumaron 67 victorias, la mayor cifra en la historia de la franquicia.
El base no pudo contener el llanto cuando recibió el trofeo Maurice Podoloff en una atestada sala de conferencias en el complejo de entrenamientos de los Warriors, en Oakland.
El joven basquetero no podía dar crédito a la noticia de que había ganado el máximo laurel individual de la liga. Y es que Curry se había sentido de esta forma en el pasado, con todos los obstáculos que debió sortear para llegar a la élite.
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Fuente: Líder