¿Son tus tacones y carteras nocivos para tu salud? Te podrías sorprender

¿Son tus tacones y carteras nocivos para tu salud? Te podrías sorprender

La presión social que la mujer experimenta hoy día por mantener una apariencia aceptable y en ocasiones necesaria para triunfar en el ámbito profesional, la impulsa muchas veces a depender de accesorios y vestimentas que no aportan favorablemente a su bienestar físico. A continuación, discutiremos como el uso continuo de ciertos accesorios femeninos pueden tener efectos nocivos en la postura, movimiento y en la estructura músculo-esqueletal de la mujer.

 

 

¿Cómo sufren los pies y tobillos?

 

Estadísticas recientes muestran que las mujeres padecen hasta cuatro veces más problemas en los pies y tobillos en comparación a su contraparte masculina. Esta discrepancia se debe a la utilización continua de zapatos altos o tacones. Cuando el pie es apoyado de forma natural o descalzo en una superficie plana, la parte delantera del mismo, conocida como el metatarso, carga con el 40% del peso del cuerpo en cada paso, mientras que la parte trasera del pie apoya aproximadamente un 60% del peso restante.

 

La morfología del pie esta diseñada para que esta distribución de peso ocurra así. La parte posterior del pie o calcáneo es una de las estructuras óseas más fuertes del cuerpo; ideal para confrontar el primer impacto del pie contra la superficie al caminar y la redistribución de la mayoría del peso corporal.

 

Con el uso de los tacones, este rol se invierte. Los metatarsianos tienen que lidiar con la mayoría del peso cuando, estructuralmente, no están aptos para este trabajo. Su composición ósea no es tan fuerte o gruesa como lo es la parte posterior del pie. Esto predispone a las mujeres a lesiones en la parte frontal del pie y en algunos casos, fracturas de estrés en los metatarsos entre otras complicaciones.

 

A su vez, la flexión constante en el tobillo, creada por la utilización del tacón, puede producir contracción o acortamiento del tendón de Aquiles, situado en la parte posterior del pie. Esta estructura conecta los músculos de la pierna baja con el tobillo. La contracción crónica de este tendón, y por consiguiente, los músculos de la pantorrilla, conduce a alteraciones adversas en el mecanismo normal al caminar.

 

Este desequilibrio desencadena eventualmente en problemas agudos de dolor de espalda y caderas. La disminución en la frecuencia del uso de tacones, y el añadir ejercicios de estiramiento para el pie y tobillo suelen resolver de forma rápida y efectiva la mayoría de estos síntomas.

 

 

¿Qué pasa con los bolsos y carteras?

 

Otro accesorio considerado vital como parte del ajuar femenino son los bolsos o carteras de mano. Su uso prolongado, especialmente cuando se sobrecarga de peso, puede tener efectos adversos en la postura y desencadenan continuamente dolores crónicos de cuello y hombro.

 

Detalles simples y muchas veces obviados, como el largo y anchura de los tirantes o la forma en que se carga el bolso, pueden ser factores cruciales en el desarrollo de estos síntomas.

 

Se recomienda utilizar el tamaño de bolso correcto de acuerdo a la necesidad del momento, tirantes anchos para redistribuir mejor el peso, y por último, evitar la carga excesiva dentro del bolso.

 

Modificaciones sencillas en estos accesorios y evitar su uso excesivo es la meta en encontrar un balance entre lucir bien y sentirse mejor.

 

Fuente: iMujer 

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