Las necesidades alimenticias en zonas del interior del país de escasos recursos son mayores que en Caracas. “Hay una gran diferencia entre los niños de la capital y los niños de los Valles de Tuy”, afirmó Cesar Miranda, gerente de educación preventiva de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), que desarrolla el programa La Lonchera de mi Hijo y atiende a niños entre 3 y 10 años en escuelas para instruirlos en la importancia de la nutrición y en la prevención del cáncer. “Nosotros enseñamos cómo comer, no qué comer”, destacó.
Esta iniciativa tiene como foco a los pequeños, pero la organización decidió involucrar también a los padres: “Ahora tenemos dos modalidades, a los papás les decimos los alimentos que se pueden comprar y a los niños le enseñamos las bondades de cada ingrediente. Nos hemos llevado sorpresas porque ellos responden cosas que ni los adultos saben”, señaló.
A pesar de la situación del país, el programa ha atendido en este año las escuelas Pedro González Melián, Sagrado Corazón de Jesús y Domingo Figueredo, ubicadas en Caracas y Miranda, pero desean llevar esta iniciativa a 7 centros educativos más para superar la meta del año anterior. “Queremos ir a 10 escuelas este año porque en el pasado fuimos a 8”, indicó.
Comentó que desean consolidar el trabajo en la Sociedad Anticancerosa de Venezuela y establecer nuevas alianzas para mejorar el seguimiento de su labor: “Queremos ver los resultados en un plazo de un año”, dijo.
Miranda mencionó que la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) los contactó para brindar formación nutricional a los hijos de los empleados de la oficina pública. “Ellos nos llamaron por el programa, pero todavía no se ha concretado”, explicó. La receptividad del público y el interés de las familias por la iniciativa han sido positivos. Puntualizó que el propósito es “darle opciones (a los padres) para que sepan qué escoger”.
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Por Confirmado Massiel Bravo