Sobrino de monseñor Godoy ratifica “estafa” en la venta de la casa

Sobrino de monseñor Godoy ratifica “estafa” en la venta de la casa

Carlos Cova Godoy explicó que han sido personas ajenas a la familia, quienes procesaron la venta de la vivienda de Monseñor en el 2011; y comenta que ha hecho “de todo” para recuperar la propiedad que ahora está a cargo de una inmobiliaria que, al parecer, funciona como “empresa de maletín”

 

Las investigaciones avanzan y las declaraciones de Carlos Cova Godoy, sobrino del hoy difunto monseñor Eberto Godoy, vienen a ratificar que existe presuntamente “una estafa” en la venta de la casa del párroco, y que el caso lo llevó la Fiscalía Quinta del Ministerio Público desde el 2013.

 

El sobrino de Monseñor afirma que quienes hicieron todo el proceso de venta de la propiedad, son personas totalmente ajenas a la familia. “Ninguno de nosotros dio órdenes para esa venta. Denunciamos la usurpación de identidad, venta fingida y tengo todas las evidencias de que se ha hecho -de todo- para que esa empresa de maletín pague por sus delitos”, explicó.

 

Hermetismo

Agregó: “El año pasado perdí el ánimo de tantas denuncias que hice y cartas que pasé. El exalcalde Temístocles Cabezas nunca me dio respuestas; en el registro Inmobiliario siempre me sacaron la excusa de que no tenían sistema y por eso no me entregaban el documento. Existe una gran complicidad, entre ese organismo y el departamento anterior de Catastro”.

 

Cova precisó que también llevó el caso ante el Servicio Autónomo de Registros y Notarias (Saren) en Caracas en octubre del 2013, y “hasta el día de hoy no ha recibido respuesta”. “Sólo en la Notaría Trigésimo Segunda del municipio Libertador en Caracas, (por donde se hizo la venta) me facilitaron el documento en el que aparece como comprador Leopoldo Meza, de quien presumo su buena fe”, resaltó.

 

Sobre si tiene acceso a la casa de Monseñor, Cova dijo que no, que también le ha sacado fotos, nunca ha podido hablar con el vigilante que “cuida la casa” y por prudencia para no intervenir con las actuaciones legales, no ha forjado las puertas. “Yo me enteré que la vendían cuando un vecino amigo me llamó y me dijo que había puesto un cartel de venta”, detalló el sobrino de Monseñor.

 

Antes de la venta

El sobrino de Monseñor, Cova, afirma haber vivido con Monseñor sus últimos 4 años de vida, también junto a su esposa, hijos y mamá (única hermana de Monseñor que aún vivía para la fecha). “Y 2 años después de fallecer mi tío, en la casa se quedó sólo mi hijo con su esposa e hija, pero en el 2011 se fueron a vivir a oriente y la casa quedó deshabitada”, aclaró Cova. Mencionó que Monseñor “nunca hubiera querido verse involucrado en una patraña como la que hoy se reseña, porque siempre fue un hombre de profunda vocación, culto, humilde, respetable y querido por personas de todos los extractos sociales”.

 

 

Diario Los Andes

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