Snowden teme por su vida

Snowden teme por su vida

Edward Snowden, el exagente de la CIA que filtró a la prensa información sobre las actividades de espionaje a gran escala de la NSA y al que Rusia ha dado cobijo, no las tiene todas consigo. Teme por su seguridad, vive oculto, le protegen guardaespaldas privados y se ve obligado a cambiar su fisonomía cuando sale a estirar las piernas. Así es la mala vida que sufre cualquier espía cuando se pasa al otro bando.

 

Desde que abandonó la terminal de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétievo, el pasado 1 de agosto, no ha dado ninguna rueda de prensa ni aparecido en público. Salvo las personas que están con él y su abogado ruso, Anatoli Kucherena, nadie conoce a ciencia cierta su paradero. Sus padres no han podido verle todavía y ha rechazado varias invitaciones para reunirse con diplomáticos de la embajada estadounidense en Moscú.

 

Todo esto se ha podido saber gracias a que Kucherena lo ha contado en una entrevista publicada el lunes por el semanario «Itogui». «Tengo determinada información, que no puedo revelar por el momento, en la que se indica que es muy alto el nivel de peligro» al que está expuesto el ex técnico de la NSA, asegura el letrado. Según sus palabras, «hasta que la parte estadounidense no abandone sus intenciones hacia Snowden, no se puede excluir nada». Washington sigue insistiendo ante las autoridades rusas para que les entregue el fugitivo y poder entregarlo así a la Justicia norteamericana.

 

Tanto peligro ha forzado al filtrador a perfeccionar sus métodos de camuflaje al salir a la calle. Lo hace mediante el empleo de pelucas, barbas postizas, gafas de todo tipo y una indumentaria capaz de despistar a cualquiera. Según Kucherena, Snowden recurre también a distintos tipos de maquillajes. «Podría pasar por delante de usted y no le reconocería. Es cuestión de utilizar una ropa adecuada y de efectuar pequeños cambios en la apariencia externa», sostiene el jurista ruso.

 

Sin visitas de familiares

 

El padre de Snowden hace ya días que tiene el visado, pero está teniendo que posponer el viaje para ver a su hijo debido precisamente a tanto secretismo. Kucherena afirma que podrían venir también su madre y sus abuelos, pero advierte que tal visita tiene sus peligros. «Ex colegas de Snowden podrían aprovechar la llegada de sus padres para averiguar su ubicación», alerta. «Ahora no es recomendable que le visiten».

 

El abogado dice que por eso Snowden tampoco puede hacer grandes planes de futuro, ya que quiere dejarse aconsejar por los suyos. «Lo que hará en adelante es algo que se decidirá en un consejo familiar», señala. Lo que sí parece seguro es que el antiguo colaborador de la CIA seguirá poniendo al descubierto los datos que obtuvo secretamente de la NSA. «Ha revelado solamente una pequeña parte de la información que tiene», declara Kucherena, quien, no obstante, deja bien claro que todo lo que aparezca a partir de ahora es lo que difundió ya durante su estancia en Hong Kong, no en Rusia.

 

En las últimas semanas, añade el abogado, Snowden ha podido viajar a distintos lugares de Rusia. «Está aprendiendo el ruso y se interesa por nuestra literatura, eso sí por ahora lee en inglés, (…) yo mismo le he hecho una selección de los mejores clásicos, Tolstói, entre ellos». «Intenta recuperarse de la pesadilla que tuvo que sufrir y hace todo por adaptarse a su nueva vida» en Rusia. Aunque, según Kucherena, al joven estadounidense no le sobra el dinero, «no ha aceptado todavía ningún trabajo y eso que ofertas tiene muchas». Como también proposiciones de matrimonio, una de ellas de Anna Chapman, una llamativa espía que fue capturada en Estados Unidos hace tres años y canjeada después.

 

En otra entrevista ofrecida al diario «Kommersant» en agosto, Kucherena cuenta que su defendido rechazó entonces una reunión con diplomáticos de su país. «Negociaron conmigo la posibilidad de tal encuentro y se lo dije a Edward, pero se negó. Argumentó que la campaña desatada contra él por el Departamento de Estado de EEUU demuestra una idea preconcebida hacia su actitud como defensor de los derechos humano».

 

Lo que es evidente para el asesor jurídico de Snowden es que éste «no podrá regresar a su país después de ver lo que ha pasado con el soldado Bradley Manning», condenado a 35 años de cárcel por filtrar a «WikiLeaks» información militar clasificada. Snowden llegó a Moscú procedente de Hong Kong el pasado 23 de junio y estuvo más de un mes confinado en el aeropuerto de Sheremétievo. Ahora goza del estatus de «refugiado temporal» por el periodo de un año.

 

Fuente ABC 

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