Sin pena ni gloria

 

 
 Una vez más una potencia claudica en Afganistán. Tras 21 años en el país, EE. UU. se retira.

 

La historia se repite. Una vez más una potencia, Estados Unidos en este caso, claudica en Afganistán. Tras 21 años de presencia de sus tropas, junto a las de los países de la Otán, y de un esfuerzo por mantener a raya a los talibanes, mejorando las condiciones de vida de la gente y dándoles todo el apoyo a un gobierno y a unas fuerzas armadas afines a Occidente, hoy todo es incertidumbre y miedo por el que muchos consideran un inevitable regreso de tiempos oscuros.

 

 

El próximo 31 de agosto terminará el retiro de las tropas estadounidenses, ante el desconcierto de buena parte de los afganos y, sobre todo, de las afganas. Se cumple así lo anunciado en su momento por Donald Trump, y que Joe Biden no echó para atrás.

 

 

Y es que son muchas y bien fundadas las dudas sobre la capacidad del actual gobierno y su ejército para ejercer control territorial efectivo, más allá de Kabul y algunos centros urbanos. Expertos coinciden en que es alto el riesgo de que en cuestión de meses este sea doblegado por los actores que le compiten: los talibanes y el Estado Islámico. En varias regiones del país, el asedio de los primeros ya se ha traducido en control de territorios que el ejército ha tenido que abandonar. Zonas que quedan a merced de la bien conocida y temida concepción del orden social de los talibanes para quienes los avances de las últimas décadas, como el registrado en acceso a la educación –sobre todo de las niñas–, son un claro obstáculo para sus planes. Ya controlan 50 de los 370 distritos del país.

 

 

Cuando la Unión Soviética tuvo que abandonar este país se recordó aquello de que Afganistán es el cementerio de los imperios. Lo cierto es que serán muchos los ciudadanos que guardarán luto por la muerte de una esperanza que no pelechó. Y por los de muchos inocentes. Porque en los últimos días ha habido atentados brutales como el ocurrido en Kabul en un hospital materno, donde murieron 24 personas y hubo numerosos heridos. Lo negaron los talibanes, pero así de difícil y lamentable es la situación.

 

 

Editorial de El Tiempo

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