Los días transcurren y el desespero y la intranquilidad reina en los hogares de las siete personas detenidas por protestar, en las adyacencias del Hotel Venetur Margarita, en contra de la delegación cubana que participaba en la Serie del Caribe.
Julio Jiménez Ortega, de 25 años, David Gerardo Corzo Ramos (32), Simón José Rodríguez Marcano (52), Nelson Enrique Hernández Quijada (52), Carlos Joaquín Carrera Hernández (27), Jackson José González Valero (34) y Giuseppe Di Fabio fueron traslados el 5 de febrero al Internado Judicial «José Antonio Anzoátegui», mejor conocido como «Puente Ayala», por medidas de seguridad.
Parientes de los detenidos mantienen su fe en Dios, pero a la vez se preguntan por qué no se ha cumplido el convenio que lograron los abogados defensores con la Fiscalía del Ministerio Público, de regresarlos a la Isla una vez finalizada la Serie del Caribe. Comentaron que hace una semana culminó el evento deportivo y no hay fecha para verlos y menos de que regresen a suelo insular.
Ante esta situación y la falta de respuesta constituyeron un comité de derechos humanos y piden al gobernador, Carlos Mata Figueroa, que los escuche e interceda por esos padres y hombres que son el sustento de muchos hogares. De no obtener respuestas tomarán las calles para pedir justicia. Rompieron el silencio al ver que transcurren los días y no los trasladan.
En medio de la tristeza y el dolor, Sabandy Di Fabio, hermana del concejal de Maneiro Giuseppe Di Fabio, contó que el jueves 6 de febrero un grupo se trasladó a Puente Ayala para verlos, pero solo alcanzaron a ver sus manos y rostros a una distancia de unos 30 metros. «Los tienen en un hueco, sin agua, sin ventilación. Le abren un chorro de agua de cinco a seis de la tarde y se le llena hasta los tobillos. Tienen miedo de electrocutarse porque hay cables pelados».
Radamés Rodríguez, hermano de Simón Rodríguez, dijo que estas personas son honestas y trabajadoras. Repudia la forma como han sido tratados y cómo los trasladaron desde la isla de Margarita hasta el estado Anzoátegui. «Los trasladaron en una lancha del Estado custodiados como si fueran unos delincuentes».
Relató que les han contado que los ponen a hacer orden cerrado a las cuatro de la mañana, cantar el himno nacional, y luego a trabajar a pico y pala. «Se fueron sanos de la Isla y ya han bajado de peso».
Revisión urgente
Luis Tarbay, abogado y miembro de la organización de derechos humanos «Nueva Esparta en Movimiento», explicó que las condiciones de detención se pueden constituir en una tortura de acuerdo a la legislación venezolana. Solicitaron a la Fiscalía General de la República, a través de la Fiscalía de Nueva Esparta, que le asigne a la fiscal de Derechos Fundamentales una revisión urgente del caso, pero hasta la fecha no se han verificado las condiciones de detención.
El caso fue elevado al Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas. Igualmente, elevarán un documento a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dijo Tarbay. Temen que no haya un juicio justo. Los abogados defensores han solicitado al juez que lleva el caso, José Abelardo Castillo, el traslado de los siete ciudadanos, pero no han tenido respuesta.
Según Radamés Rodríguez, supuestamente una fiscal llevó a los detenidos un papel para que firmaran donde dejaban constancia de que estaban bien, pero se negaron. «Nos hemos mantenido callados porque no queremos involucrarnos con nadie ni con partidos políticos. Queremos que todo esté en paz».
La mamá de Nelson Hernández dijo que no ha logrado ver a su hijo, a pesar de que suplicó a las autoridades del recinto penitenciario. Las visitas son una sola vez al mes, incluyendo las conyugales. Varios escucharon la voz de sus seres queridos por teléfono, luego de tanto rogar a las autoridades de Puente Ayala.
Familiares comentaron que, posiblemente, los detenidos por el caso Venetur podrían someterse a una huelga de hambre porque no los han trasladado a Margarita. «Yo quiero la libertad de los siete», dijo la mamá de Carlos Jiménez, uno de los siete detenidos. «No me dejan verlo. No me voy de la Isla hasta verlo nuevamente».
Jana González dijo que su hermano, Jackson González, fue uno de los más golpeados cuando los detuvieron. «Su salud está delicada. La tensión le ha llegado a 60. Mi hermano es taxista». Desconsolada, la mamá de David Corzo dijo que su hijo es albañil y hace labor social con los niños. Gabriela Carrera, hermana de Carlos Carrera, expresó en medio del dolor que él es el único sustento de la casa. «Todos son inocentes». Aún tienen esperanza de ver nuevamente en casa a sus hijos y hermanos. Solo piden justicia.
Sol de Margarita