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Sin excusas

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Sin excusas

Tiene 28 años, es el alcalde más joven de Venezuela y por segunda vez en menos de un año increpa al presidente Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores. Esta vez David Smolansky, alcalde de El Hatillo, descolocó al primer mandatario al punto que éste lo botó de Miraflores. Todo por una razón: pedir la liberación de Leopoldo López, Daniel Ceballos, Enzo Scarano y Salvatore Lucchence.

 

El alcalde de El Hatillo admite que nunca se imaginó que el jefe de Estado reaccionara de esa manera. «No fue una acción premeditada ni lo dije con la intención de causar polémica. Lo único que hice fue exponer la situación de seguridad en El Hatillo y al final exigí la liberación de personas que hoy están injustamente presos. Eso fue todo», asegura. No se arrepiente, lo volvería a hacer.

 

Con esta reacción Maduro dejó ver sus propias costuras: «Es un hombre inseguro, con necesidad de reconocimiento y se siente ilegítimo», explica Smolansky. Revela que luego de la respuesta del jefe de Estado, más de un gobernador del PSUV que se encontraba en Miraflores en ese momento se malentonó en su contra. Le reclamaron, se pararon de sus sillas y cuestionaron su «irrespeto».

 

Durante su intervención no se apreció con claridad si usted reconocía o no a Nicolás Maduro como Presidente. ¿Qué fue lo que le dijo? ¬Obviamente si uno asiste al Palacio de Miraflores uno da por hecho que hay un gobierno en Venezuela. Ahora lo que yo le reconozco a Maduro es el fracaso en materia de seguridad que ha tenido durante su gestión donde hay cinco mil muertos en lo que va de 2014; también reconozco a Maduro como el único culpable de tener la inflación más alta del planeta y la escasez que hoy padecemos los venezolanos. Eso es lo que yo le reconozco a Maduro.

 

¿Cómo califica la respuesta de Maduro luego de su intervención? ¬Estuvo fuera de lugar. Es la demostración de lo intolerante e inseguro que es como político. Se siente ilegítimo por lo que ocurrió el 14 de abril del año pasado. Fue una reacción completamente desproporcionada e irrespetuosa para la presentación que hice en ese momento.

 

Mi asistencia a Miraflores fue para hablar de la seguridad porque esa es la prioridad en El Hatillo y así lo hice. Lo que pasa es que no iba a desaprovechar la oportunidad de estar frente a Maduro y no exigirle la liberación de personas que hoy están injustamente presas.

 

Yo siempre lo he dicho: los alcaldes de hoy en día deben atender lo local y lo nacional al mismo tiempo. Debemos aprender a caminar y mascar chicle a la vez. De nada nos sirve tener unas calles sin huecos, plazas y escuelas recuperadas si por otro lado están violando los derechos humanos en nuestro país. No es poca cosa que el gobierno esté encarcelando a alcaldes que fueron electos por el pueblo y la represión que hemos visto en estos últimos tres meses. ¿Cómo nos podemos quedar callados ante esta situación? ¿Cómo un alcalde puede ser indiferente ante lo que está pasando a nivel nacional? Simplemente no se puede.

 

¿Usted cree que los demás alcaldes de la Mesa de la Unidad Democrática tengan esta misma visión? ¬Eso mejor pregúntaselo a ellos. Pero yo mantengo mi posición y con eso estoy muy tranquilo. Siempre se lo dije a mis vecinos cuando fui candidato: los alcaldes de estos tiempos debemos tener una visión local, nacional y global.

 

¿No le da miedo perder el norte y dejar de atender los problemas locales de El Hatillo? A veces parece que quiere correr antes de caminar.

 

¿Correr antes de caminar? Aquí lo que hay que hacer es caminar y mascar chicle a la misma vez. ¿Quién dijo que no se puede hacer? Todo lo contrario, desde El Hatillo atenderemos a todos los vecinos y los vamos a ayudar a tener una mejor calidad de vida en la ciudad más violenta del planeta. Eso para mí es un reto y me motiva a seguir trabajando; pero como El Hatillo no es una isla de Venezuela también hay que denunciar los atropellos que desde el gobierno nacional se están cometiendo en el país.

 

Creo que con esta visión puedo ser un alcalde mucho más integral y por lo tanto ser más útil para la lucha que en Venezuela estamos dando. Estoy seguro de que vamos a demostrar que este tipo de gobierno se puede replicar no solo en el municipio sino en el resto del país.

 

Hace poco más de un mes estuve en Medellín y tuve la oportunidad de dar a conocer a El Hatillo como parte del área metropolitana de Caracas. Allí no solo nos

 

trajimos experiencias positivas que podemos replicar aquí, sino también denunciamos lo que está pasando en Venezuela para que esta situación se conozca más allá de nuestras fronteras. Yo mantengo esa visión: atender lo local y alzar la voz ante los atropellos nacionales.

 

¿Sintió respaldo por parte de los alcaldes de la MUD luego del impasse con Maduro? ¬Yo no estaba buscando ningún respaldo a mi intervención de parte de ningún sector. Estaba enfocado en los avances de El Hatillo, en las carencias que aún tenemos, en la situación dramática de violencia que hoy tenemos en todo el país y en no perder una oportunidad de exigir que se libere a los que hoy están injustamente detenidos.

 

Lo que sí agradezco fue las cientos de llamadas, correos, mensajes que recibí de los hatillanos y los venezolanos. La mayoría me decían que había expresado lo que muchos de los venezolanos sienten. Fue muy conmovedor el respaldo que recibí.

 

Yo no me arrepiento, lo volvería a hacer.

 

¿Por qué no se fue de Miraflores luego que Maduro lo botara del Palacio? ¬Porque yo estaba ahí representando a cien mil hatillanos que quieren que se les garantice su seguridad.

 

¿Con quién se siente identificado políticamente? ¬Actualmente con el alcalde Antonio Ledezma y María Corina Machado. También me identifico con los activistas de Voluntad Popular, pero tengo buena relación con todos los alcaldes de la Asociación de Alcaldes por Venezuela que agrupa a todos las autoridades locales de la Mesa de la Unidad Democrática, donde además formo parte de la directiva. Tengo muy buena relación con los alcaldes del área metropolitana de Caracas: Gerardo Blyde en Baruta, Carlos Ocariz en Sucre y Ramón Muchacho en Chacao.

 

¿Ir a Miraflores no le trajo problemas a nivel interno de su partido teniendo en cuenta que Voluntad Popular es el ala más radical de la oposición? ¬Yo no entiendo cuando dicen que Voluntad Popular es el ala radical de la oposición. Nosotros no somos ningún grupo subversivo, ni estamos en planes conspirativos ni somos ninguna organización terrorista.

 

Habernos negado a participar en el diálogo no fue radical, todo lo contrario: fue una posición firme y apegada a principios y valores cuando hoy nadie conoce quiénes son los responsables de lo que ha pasado estos tres meses, cuando seguimos viendo cómo los colectivos circulan por diferentes ciudades del país generando pánico, cuando hoy dirigentes y estudiantes siguen presos.

 

Nosotros creemos en el diálogo y el entendimiento entre los venezolanos; pero en lo que no creemos es en un diálogo sin condiciones, en donde los que hoy están en Miraflores no están dando ningún gesto de buena voluntad para querer resolver esta crisis que tenemos en el país.

 

Por otro lado, no es la primera vez que asisto a Miraflores; en el mes de diciembre fui también a hablar de la seguridad. Además tanto mi equipo como yo hemos ido a más de 15 reuniones gubernamentales, la mayoría de seguridad ciudadana. Tampoco voy a abandonar ningún espacio cuando se trata de garantizar lo más sagrado que puede tener un ser humano que es el derecho a la vida y esa es nuestra prioridad en El Hatillo. Además, ese día fui capaz de hablar del municipio, de lo nacional y de temas políticos.

 

Editorial de Tal Cual

Marisela Castillo

 

 

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