Un equipo de investigadores norteamericanos demuestra en laboratorio que los planetas de diamante (y las lluvias de diamantes en Júpiter y Saturno) son perfectamente posibles, zanjando una discusión científica que dura ya varios años. Los resultados de este singular experimento se acaban de publicar en «Nature».
El mayor láser del mundo, una impresionante máquina que incluso ha aparecido en alguna película de la saga Star Trek, acaba de llevar a cabo una extraña y trascendental proeza: pulverizar un diamante,la sustancia más dura del mundo, sometiéndolo a una extraordinaria presión equivalente a 50 millones de veces la que ejerce la atmósfera terrestre.
Los resultados de este experimento ayudarán a los investigadores a comprender mejor cómo se comporta un material (en este caso el carbono) cuando es sometido a presiones gigantescas como, por ejemplo, las que se dan en las profundidades de los planetas gigantes. Y de paso a comprobar si es posible, por otra parte, que existan planetas hechos completa o casi completamente de diamante.
Sí, en Júpiter y Saturno pueden llover diamantes
Incluso aquí, en nuestro propio Sistema Solar, las densas atmósferas de los gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno contienen carbono. Y muchos modelos químicos sugieren que la enorme presión existente en las capas más profundas de las atmósferas de estos gigantes podría ser suficiente para cristalizar ese carbono y dar lugar a «lluvias de diamantes», o incluso crear impresionantes bloques de diamante sólido. Sin embargo, hasta ahora nadie había sido capaz de reproducir en la Tierra presiones tan elevadas.
El físico Ray Smith, del Lawrence Livermore National Laboratory, en California, y su equipo, consiguieron este hito en el National Ignition Facility (INF) el láser más poderoso del mundo, un instrumento cuya apariencia futurista y de ciencia ficción le valió aparecer en la película Star Trek. En la oscuridad», de 2013, en la que figuraba ser el centro de los impulsores «warp» de la nave Entreprise.
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