Ha pasado un año desde que Shailene Woodley dejara atrás el anonimato y se convirtiera en una estrella de Hollywood con Divergent y The Fault in Our Stars y, aunque afirma que su día a día no se ha visto alterado ni un ápice, es consciente de la singular realidad que le ha tocado experimentar. «Lo más raro de todo esto es que mi vida no ha cambiado», dijo la actriz de 23 años en una entrevista con EFE.
«Estoy mucho más ocupada, pero eso es todo. Puede que mi cara ocupe las portadas de las revistas una semana, pero después desaparezco. Me veo en esos carteles que están por todas partes, me río y pienso que es una locura. Si esto fuera una partida, me han tocado buenas cartas. Soy una afortunada», añadió. Una de las razones por las que Woodley cree que la presión mediática no le afecta es porque, sencillamente, no lee «absolutamente nada» de lo que se publica sobre ella. «No presto atención alguna.
No puedo hacerlo. Sería demasiado estar pendiente de algo así», declaró la actriz, que, tras convertirse en ídolo de millones de adolescentes con la adaptación cinematográfica de las novelas de Veronica Roth, ha aprendido a sobrellevar que las miradas se centren en ella en lugares públicos. «A veces sí que me siento incómoda, pero trato de ignorarlo porque entonces no estoy prestando atención a lo que tengo enfrente de mí, ya sea un amigo o mi libro de notas. Aprendes a manejar esas cosas», sostuvo.
El año pasado fue inolvidable para Woodley. Tanto Divergent como The Fault in Our Stars rondaron los 300 millones de dólares en taquilla, y 2015 pinta aún mejor para la intérprete con el estreno el próximo viernes de Insurgent, que, según los expertos, superará la recaudación de Divergent.
Fuente: EFE