Muchas parejas atraviesan periodos de postergación de las prácticas penetrativas por múltiples razones, desde la decisión y compromiso de conservar intacto el himen, por razones médicas, tratamientos ginecológicos y/o urológicos, o simplemente debido a fallas técnicas temporales o permanentes en el equipo.
Aunque muchos ven el vaso medio vacío, la verdad es que abundan las opciones para la satisfacción sexual de ambos; sin necesidad de alcanzar las profundidades del genital femenino.
Pueden probar y disfrutar las bondades del peeting, que incluye cualquier forma de estimulación erótica externa, roces, besos, caricias, masajes, besos profundos, y hasta el divertido tocamiento con ropa.
Además, pueden aprovechar la ocasión para perfeccionar las destrezas en masturbación compartida y solitaria; y en relación a la estimulación del genital femenino se puede inclusive negociar si el roce se realiza solo de manera superficial, o si desean incluir el masaje interno con dedos.
El sexo oral, es otro de las grandes aliados ya que garantiza en la mayoría de los casos satisfacción sexual para ambos; involucrando sólo el roce de genitales con boca, lengua y hasta los dientes. Pero, si la pausa de la actividad penetrativa se debe al cumplimiento de algún tratamiento médico, el sexo oral también resulta oportuno suspenderlo hasta nuevo aviso, porque la mucosa de la boca resulta bastante sensible a los virus, gérmenes, y bacterias de otras regiones.
La doble satisfacción esta garantizada porque desde el punto de vista físico las zonas externas genitales y en el resto del cuerpo son tan efectivas y a veces más que las que se ubican en el interior del cuerpo, y del mismo modo resulta bastante gratificante cumplir los ideales religiosos, personales, médicos y hasta morales cuando estos se convierten en verdaderos dilemas existenciales y saboteadores del placer sexual.
Fuente: ErikaTipoWeb