¿Cuántas veces nos han (o nos hemos) hecho la misma pregunta? Si tenemos que elegir, qué preferiríamos, ¿tener una relación de sexo sin amor, o encontrar el amor romántico sin que el sexo entrara a formar parte del juego? Muchos opinan que la mejor combinación es la de sexo con amor y amor con sexo. Pero, ¿y si no se encuentra?
El realizador madrileño Emilio Martínez Lázaro, especialista en la combinatoria sentimental y sexual desde «Amo tu cama rica» a «El otro lado de la cama», vuelve a la comedia con «La montaña rusa», en la que parcela el sexo y el amor con un trío de lujo: Verónica Sánchez, Ernesto Alterio y Alberto San Juan.
Aunque Martínez Lázaro es licenciado en física, lleva años inspirado por algo tan intangible como la química que se establece entre dos personas. «Nunca me he creído lo de la monogamia. Cada sociedad lo ha resuelto como buenamente ha podido», explica a propósito de este nuevo filme, que estrena el próximo viernes.
«La montaña rusa» comienza con el conflicto de Ada, una violinista frígida interpretada por Verónica Sánchez, que cuando por fin encuentra un hombre con la libido igualmente baja (Alberto San Juan) vive un inesperado despertar sexual propiciado por el mejor amigo de su pareja, un payaso interpretado por Ernesto Alterio.
La pregunta es añeja: ¿existe esa persona que satisfaga las ambiciones sentimentales y sexuales a la vez? «Hay que tender a las dos», dice Alberto San Juan. «Mi problema es que lo quiero todo», afirma Verónica Sánchez, que no quiere renunciar ni a la ternura de San Juan ni al arrebato erótico de Alterio, «un payaso follador», resume el actor hispanoargentino.
Tres personajes y el sexo
«Ada es un poco adolescente. Pretende demostrar que el mundo es el que está equivocado y que el sexo no tiene importancia», explica la actriz, que ya había trabajado con Martínez Lázaro en «Las 13 rosas» y que aquí teje la metáfora que esconde el título, ya que durante años siente que el sexo no le hace gritar tanto como la montaña rusa.
San Juan «no tiene ningún problema. Simplemente el sexo no le interesa demasiado y con poco tiene suficiente. Pero eso no le convierte en un perdedor», defiende el ganador de un Goya por «Bajo las estrellas».
«Es una postura que en la mujer se entiende como más habitual, pero en los hombres es más complicado. Pero mi intención no es hacer sociología, desde luego», añade Martínez Lázaro.
¿Será todavía el contenido erótico motivo de polémica? «Parecía que la libertad en los comportamientos nos ha liberado respecto al sexo, pero se ha sustituido por lo políticamente correcto», dice Martínez Lázaro, aunque considera que «todos tenemos internet» donde se puede acceder sin problemas a «escenas de sexo masoquista».
«Creo que hemos conseguido naturalizar el sexo», dice Verónica Sánchez. «Siempre va a haber factores culturales o modelos sociales que pesan, pero sí hemos avanzado», concluye.
Fuente: Mujer hoy