Las posiciones sexuales tienen ventajas más allá de la relación entre ambas personas, una de ellas es que nos pueden ayudar a ponernos en forma, mientras disfrutamos esta práctica.
Puras repeticiones
Si lo que se quiere es reafirmar las piernas, evidentemente las posturas que van de pie sirven, pero en especial la conocida como “La porrista, contra la pared”, y “El desafío” son excelentes.
El chiste no es sólo estar parada, sino que los movimientos coitales hacen que las piernas carguen el peso y se hagan sentadillas cortas. Para que surta efecto debes de hacer la postura durante más de cinco minutos continuos de movimiento rítmico, descansar un poco
y repetir otros cinco minutos.
Reafirma el brazo
La carretilla y el carro son excelentes para fortalecer hombro y brazo. Aquí lo que tienes que hacer es no cargar tu cuerpo con las articulaciones, sino con los músculos, tensándolos.
Puedes combinar las dos posiciones para hacer trabajar ambos descansándolos por turnos. Lo ideal es soportar la carretilla al menos cuatro minutos, recuerda que en estas posturas tú no te mueves, por lo que la fuerza se concentra en el apoyo de las manos (para ejercitar brazo) y antebrazos (para ejercitar hombro).
Pompis duras
Si lo que te interesa es endurecer las pompas usa la inclinación, “La supernova” o “La tarántula” o “El sapito”. Para realizarlas es necesario que contraigas el músculo de la nalga por unos 30 segundos y después aflojes unos cinco segundos para reiniciar nuevamente unas 20 veces. Este ejercicio también fortalece la parte posterior del muslo.
Para reafirmar el abdomen es necesario que lo mantengas contraído la mayor parte del tiempo en cualquier postura, pero si además haces “La mariposa” o “La vuelta a casa” los resultados serán mejores. Por si se sale alguna traidora lonjita, evita las posturas donde quedes de lado y prefiere las que son acostada boca arriba, doblada pero de espaldas a tu pareja, o ponte en cuatro patas.
Fuente: El informador