Tener sexo apasionado bajo la ducha es como en las películas? Te contamos cuáles son los pros y los contras de bañarte en pareja.
El sexo en la ducha es una de las tantas formas que existen para la realización del acto sexual. Puede ser una manera divertida y original para variar la rutina y buscar nuevas sensaciones.
“Pone en movimiento no sólo la agudización del ingenio, sino también la exploración corporal en un contexto diferente al usual (horizontalidad en una cama), descubriendo nuevas formas de erogenizar las diversas zonas, y abriendo la puerta a un gran caudal de fantasías”, dice Celina Armas, licenciada en psicología y especialista en sexología. Y agrega: “Si bien hay personas que se sienten cómodas en los contextos sexuales clásicos, es importante hacer el intento para romper con lo establecido, ya que muchas veces descubren un nuevo cuerpo con nuevas sensaciones. La sexualidad siempre nos depara sorpresas”.
Pros
– Mayor y diferente búsqueda de la sexualidad. Debido a que el agua tibia/caliente produce sensaciones corporales placenteras, que unidas a la sexualidad contribuyen al descubrimiento de efectos distintos en zonas erógenas y en el cuerpo en general. Por lo tanto, se confluye al orgasmo de otro modo.
– Estimulación de las fantasías. Las distintas posiciones sexuales que demanda ese contexto sacan a ésta experiencia de la sexualidad cotidiana y la ubican, por lo general, en el plano de la sensualidad, la pasión o el “salvajismo”. Según Armas, “es un mejor contexto para dejar salir a las fieras”.
– Si hay confianza en la pareja, fácil proponer nuevas experiencias. El sexo en la ducha contribuye la desinhibición de la sexualidad.
– Mayor expansión del desarrollo de su sexualidad. Desarrollar la sexualidad en contextos diferentes al sual evidencian creatividad, agudeza, ingenio y destreza.
Fuente: SexLecciones