Serena Williams azotó su raqueta y se regañó a sí misma. Al final de cuentas, como suele pasar, la pelota acabó pagando los platos rotos.
Pese a un nivel flojo, Williams festejó el miércoles la victoria número 700 de su carrera al vencer 7-6 (4), 1-6, 6-3 a Sabine Lisicki para acceder a las semifinales del Abierto de Miami.
Williams salió triunfante en un partido en el que su saque no le funcionó, fue vapuleada en el segundo set y cometió 51 errores no forzados. Lució fuera de ritmo a ratos, y particular se irritó cuando le tocó jugar en el lado de cancha con mirada hacia el solo.
“Ese siempre es el lado más difícil. No se puede ver nada, tienes que ajustarte”, dijo Williams.
Su victoria fue la 16ta en fila en Key Biscayne, donde es la bicampeona vigente y busca un octavo título. “Mi destino fue ser tenista”, dijo Williams. “Vi una foto en la que estaba en un cochecito de bebé en una pista de tenis”.
Fuente: EFE